¿A quién diablos le importa el clásico Fuerzas Básicas del Olimpia-Motagua en ligas menores?

La cancha era una porqueriza. Pero… ¿Y eso qué importa? Los niños son felices con una pelota. ¡Así que a “jugar”, háganse hombres!

Día sábado en San José la Vega. Partido de ida en semifinales en categoría U-10. El clásico: Fuerzas Básicas del Olimpia (FBO) versus Motagua.

Ningún dirigente asoma su nariz. ¿Y por qué han de interesarse en estos mocosos que sueñan con llegar a ser una estrella?

Eso no da prestigio. Lo que da fama es aparecer el domingo en el estadio y hablar paja por radio y televisión. “Gracias por la oportunidad, la verdad es que el fútbol es el deporte más bello del mundo. Es una alegría vivir esta fiesta”…

Paja.

Paja.

Y más paja.

A La Vega nunca llegan los dirigentes. Ni quiera Dios que se les ensucien los zapatos.

No se les cae un cinco para comprarle un par de tacos a alguno de los niños que juega con los pies contraídos, porque los que anda no le quedan, y sus papás no tiene dinero para comprarle otros.

Tampoco se les cae un centavo para darles becas a los niños de escasos recursos que tienen excelencia académica.

¡A jugar, no sean mamacitas! El fútbol es para hombres. Aguántense, dejen de estar pidiendo canchas de grama. Lo importante es jugar. Así jugaba Majoncho Sosa en los 50´s. ¿Qué corona tienen ustedes?

Cancha desnivelada. La pelota se queda atorada en el lodo. Tampoco llegarán los dirigentes de la Federación de Fútbol (Penafuth). Ellos andan comprando bloqueador para no quemarse con el sol de Australia, tangas, chancletas, anteojos…

¡Qué rico ser dirigente de la Penafuth!

No esperen tampoco a los ex jugadores que hoy están metidos en política. Ellos también están ocupados pidiendo el voto para ganar una diputación. ¡Qué penoso!

Hoy los niños jugaron en lodo. Ayer fue en polvo y turuncas. A ver qué sigue. Sería bonito verlos en un barranco. Así perfeccionan la técnica. ¿No creen?

Es una farsa. Las ligas menores de Honduras sobreviven gracias a los padres. No les crean a los directivos cuando inflan el pecho y hablan con orgullo de que “Seguimos trabajando fuertemente en nuestras categorías de niños”.

Paja.

Paja.

Más paja.

Son mentiras.

Talento tenemos de sobra. Entrenadores abnegados y éticos que trabajan casi con las uñas, pero llegan a cada entrenamiento con la misma alegría del que está en las menores del Barcelona, del Real Madrid o del Bayern Munich.

¿A quién diablos le importa el clásico Fuerzas Básicas del Olimpia-Motagua en ligas menores?

¡A mí! Por eso he decidido alzar mi voz.

No me venga con esos cuentos de la H. Mientras los niños de Honduras sigan jugando en estas canchas de mierda, me vale un pepino que clasifiquemos a Rusia.

No, no puedo ser parte de esta farsa…