A sus 78 años, don Porfirio buscaba un trabajo… ¡Y lo consiguió!

El Estado debería garantizar que personas como don Porfirio Barahona, de 78 años, tenga una vida tranquila, con comida, un lugar digno donde dormir, asistencia médica…

Pero como el dinero se lo huevean, los pobres son los más perjudicados y deben ver cómo se hacen de sus fichitas aunque ya no les queden fuerzas.

Pero don Porfirio llegó ayer a la Feria de Empleo promovida por el Gobierno de JOH, listo para trabajar: con su casco amarillo (en al que se anuncia como electricista), chumpa roja, zapatillas y su bolsa con herramientas de trabajo.

Él fue uno más de los casi 3 mil hondureños que llegaron desde tempranas horas al gimnasio número 3 de la Villa Olímpica, donde se realizó la Feria de Empleo.

Como todos, don Porfirio hizo una larga fila para ingresar al gimnasio, luego ubicó la mesa de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) en busca de un trabajo digno.

“Aquí ando en busca de un trabajo, tengo 78 años y vengo de la colonia Villanueva de Tegucigalpa”, se presentó.

“Yo tengo la experiencia en eso (electricidad), hablo inglés y yo quiero cooperar con el Gobierno”, apuntó.

Aseguró que puede hacer todas las instalaciones que quieran en construcción de viviendas, escuelas, colegios u otro lugar, pues “yo conozco el código eléctrico norteamericano porque trabajé en Nueva Orleans, puedo trabajarlo y dirigirlo”.

Relató que él trabaja desde el año 1965, cuando se fue ‘mojado’ hacia los Estados Unidos, de donde fue deportado y al llegar aquí no ha tenido la oportunidad de conseguir un trabajo fijo.

“Yo vivo de trabajitos que hago y no gano suficiente ni para comer; no tengo ni cómo pagar un cuarto, un amigo me ha dado donde vivir”, añadió.

Don Porfirio considera que las personas que no buscan un trabajo no son responsables, “pues el trabajo dignifica y lo hace a uno feliz”.

Dijo que se dio cuenta de la Feria de Empleo a través de una sobrina; “es por eso que vine aquí a ver si me ayudan, estoy listo para trabajar de inmediato a donde me manden y dónde sea. Yo lo que quiero es trabajar”.

Con la esperanza de ser llamado de Copeco, don Porfirio también “probó suerte” en los call center, pues además de su experiencia en electricidad, habla muy bien el inglés.

Tendrá su oportunidad

En la Feria de Empleo don Porfirio coincidió con el ministro de Trabajo, Carlos Madero, quien conoció su hoja de vida y le prometió conseguirle un empleo digno.

“Aquí estamos atendiendo a personas de todas las edades: jóvenes, personas mayores de 35 años, de 40, de la tercera edad”, dijo el funcionario.

A esta persona (don Porfirio), agregó el ministro Madero, se le dará una oportunidad en construcción (en el Centro Cívico Gubernamental), porque lo importante es venir y abocarse a la Feria para buscar una plaza.

Ante la interrogante de si hay un compromiso con don Porfirio, el ministro de Trabajo indicó que “sí, tenemos un compromiso con él, vamos a buscar una intermediación especial y él podrá trabajar posiblemente en el Centro Cívico Gubernamental por su experiencia”.

“Aquí todos cuentan”, expresó Madero para seguidamente agregar que “la Feria de Empleo que promueve el Gobierno es incluyente, porque hay que recordar que el empleo no tiene nombre ni tiene edad”.

“Lo que procura el Gobierno es darle a la población este acceso al trabajo que lo requiere y que lo genere el sector privado”, finalizó.

Luego de escuchar al ministro de Trabajo, don Porfirio abandonó las instalaciones del gimnasio número 3, con su bolsa de herramientas, su casco amarillo y, como él mismo, lo pregonó: “listo para trabajar”.

Ojalá que el ministro no le haya dado sólo paja a don Porfirio…