En menos de dos semanas, la cárcel de máxima seguridad de Santa Bárbara, EL POZO, se ha convertido en el terror de los criminales.
Además de los llamados TOROS de pandillas y otras asociaciones del crimen organizado, a ese lugar deberían enviar a los implicados en la robancina del Seguro Social y que, al igual que el sicariato, narcotráfico y secuestros, provocó muchísimas muertes y dolor en el pueblo hondureño.
El pueblo hondureño también quiere ver uniformados de anaranjados, rapados, con solo una hora de sol al día a Mario Zelaya y a sus compinches.
Es un reclamo que debe ser atendido porque sólo así empezaremos a confiar otra vez en la justicia del país.
Los acusados por el caso del Seguro Social como que no se dan cuenta de la magnitud del daño que le hicieron a cientos de miles de pacientes pobres, muchos de los cuales murieron por falta de medicamentos y atención médica.
Solo eso explica que pidan ciertos privilegios que, en nuestra opinión, no se les deben dar. Como el caso de Carlos Fuentes Guerra, a quien acusan de ser uno de los testaferros del Seguro Social. Él pide que lo trasladen de Támara a San Pedro Sula, porque su familia es de Copán y se le hace difícil movilizarse hasta el centro del país.
Muy bien, señor Fuentes… Háganos una lista de las personas que le gustaría que lo visiten para comprarles boletos de avión y hacerles la reservación en hoteles cinco estrellas.
Otro acusado, Juan Carlos Maradiaga, también pide traslado porque en la cárcel es víctima de extorsión.
El juez debería cumplirles el deseo y enviarlos al POZO de Santa Bárbara. Total, allá hay espacio de sobra para los “angelitos”…