Alguien me decía: “Si fuera El Hatillo, ya hubieran corrido a apagar el fuego”. ¿Será así?
El asunto es que por tercer día consecutivo, el crematorio (basurero), municipal arde, despidiendo malos olores que ya se han propagado a algunos barrios y colonia de Tegus.
Y lo que es peor: toxicidad que está afectando la salud de niños, jóvenes, adultos y ancianos.
¿Qué esperan las autoridades -sea quien sea al que corresponde-, hacer algo antes de que sea demasiado tarde?