¡Al hondureño no le gusta donar sangre!
Así tajante y contundente fue la respuesta de Delmy Alvarado, promotora del programa nacional de sangre, al preguntarle: ¿a los catrachos les gusta donar sangre.
Pero es que toca ser justos y reconocer que a muchos con solo escuchar la frase ‘donar sangre’ salen corriendo despavoridos, ya sea por ese miedo eterno -como muchos-, o porque no pueden ni ver la sangre
¡Yo tengo que reconocerlo y decir que me odio las agujas! Pero sí he donado sangre más de una vez.
En la Universidad Nacional Autónoma de Honduras se está llevando a cabo una colecta masiva de sangre por parte de la Cruz Roja y en la que tienen como meta llegar a las 60 pintas de sangre al día, para no dejar desabastecido el Banco de Sangre
La mañana de ayer, que anduve por mi alma mater, decidí entrevistar a la “people” que amó la colecta y a todos los cipotes que se atrevieron a donar.
En ese momento mis pulsaciones se duplicaron porque sabía que me vería en la responsabilidad de que tarde o temprano me tocaría donar de mi sangre.
¡Una angustia!
Nos encontramos con Francis, una chica que estaba donando sangre por primera vez, y que según ella “No fue para nada como me los esperaba de doloroso, casi no sentía la aguja y estoy segura que seguiré donando de ahora en adelante”.
Alejandro es ya un donador de varias ocasiones y afirmó que el miedo a las agujas se va perdiendo con el tiempo.
Por su parte, Liz, primeriza en esto de donar sangre, fue un poco más escéptica en cuanto al dolor que produciría la enorme aguja.
“Cuando miré esa tremenda aguja me asusté y me ´frikie´ (me alteró), pero solo es el momento, el truco es no ver la aguja”, dijo.
Así que llegaba el momento que tanto me temía, me tocaba dirigirme hacía ese colchón que me vería desangrarme. Entonces llegado el momento agarre de esos que pone la gallina y terroríficado por el uso de las “benditas” agujas.
Tomé asiento y todo mi ser sudaba del miedo, esa aguja iba a sacarme sangre del brazo; mi angustia creció al recordar que las venas de mi brazo son bien escondidas, lo que significa que iban a pincharme en más de una vez.
La tensión de media hora se esfumó en 20 segundos, cuando la enfermera me dijo ” Ya joven” para mi asombro no sentí cuando mi inyectó.
Y ya estaba donando otra vez, pese a mis miedos a las agujas y la satisfacción es enorme.
Mitos y verdades de donar sangre:
Mito: Si dono sangre subiré de peso
Verdad: Comer de más después de donar la sangre.
Mito: Solo los gordos pueden donar
Realidad: El peso mínimo para donar sangre es el de 110 libras.
Mito: No tengo mucha sangre para regalar
Realidad: Esta es de las excusas más barata para no donar sangre, ya que la misma se regenera ella sola
Mito: Si donás una vez, estas obligados a hacerlo siempre
Realidad: Podés donar si queres, pero si lo hacés, no lo podés volver hasta dentro de tres meses
Mito: Las personas tatuadas no pueden donar sangre
Realidad: Las personas con tatuajes podrían donar sangre un año después de haber hecho el tatuaje o peroración.
¿Quiénes pueden donar Sangre?
- Personas con un peso mayor a 110 libras
- Que nunca le haya dado hepatitis después de los 10 años
- Tener más de 18 años y hasta 65, no encontrarse en ayuno y no estar embarazada.
¿Quiénes no pueden donar?
Por ningún motivo deben donar sangre los pacientes portadores de diabetes insulinodependiente, quienes se hayan inyectado drogas por la piel o venas.
Tampoco pueden ser donantes los portadores de infecciones como SIDA, hepatitis B o C, o enfermedad de Chagas.
No pueden donar sangre las personas que tienen enfermedades crónicas al riñón, pulmón, corazón y/o hipertensión arterial, entre otras, además de quienes están con tratamiento para la epilepsia.
Por último, no deben donar sangre aquéllos que hayan tenido conductas de riesgo en su comportamiento sexual.
