Carta de niño de 10 años a la Liga Nacional: Mi papi ya no me llevará al estuche

Esta es la última vez que venimos a esta mier…”, dijo mi papá todo enojado y nervioso mientras me llevaba chineado y con la cara tapada después que la Policía lanzó una bomba de esas que le dan picazón a uno en la garganta y le hacen llorar los ojos. Púchica ese día ni el partido vimos, porque la Ultra y los Revos desde antes del partido ya se estaban peleando.

Me costaba respirar y sentía un ardor en toda la cara, los ojos los andaba rojos y cuando llegamos a la casa mi mamá nos recibió en medio de un mar de lágrimas.

Varios meses después logré convencer a mi papi que me llevara otra vez al estadio. No sé si ustedes han ido pero no hay nada más pinta y macizo que ver el show de las barras cuando salen los equipos o cae un gol, es mi ilusión de cada fin de semana y el premio que me dan mis papás por sacar puras buenas notas. Aunque no entiendo porque soy de los pocos niños de mi clase que va, los demás dicen que no los dejan o no los quieren llevar.

La primera vez que fui me llevó mi abuelo y mi papi, tenía como cinco creo, era Olimpia contra el España, el estadio estaba llenísimo, ese día perdió dos a uno “La Pimpa”, mi equipo. Me hice Olimpia porque desde que me acuerdo mi papá y mi abu solo de eso hablaban.

El domingo fuimos al clásico, invité a mi primo Matías que es Motagua, pero su papá no lo dejó. “Estás loco que lo voy a dejar ir a un partido de esos, siempre se pelean como salvajes y hasta muertos hay” ,le dijo mi tío Andrés a mi papá.

Llegamos al “estuche”, lindo como siempre el Nacional, mi papi me compró un fresco y unas tajadas, el partido medio aburrido y de repente que nos mete un gol “El Ciclón”, púchica mano un penal ahí de un man del “León” que ni sé cómo se llama.

Pero mi Olimpia no se deja y ese man de Chirinos empató casi al final, vieran cómo grité y me abracé con mi papi. El Motagua rapidito se sacó uno de esos golazos como los que dan en los Mundiales y entonces pasó lo que yo nunca había visto, un tipo ahí sin camisa se metió a la cancha y hasta con una pelota y fue a meter gol cuando el Roro empataba el partido.

Yo no entendía nada, pero mi papi dijo: “Vámonos Raulito que aquí se va armar un solo despíje entre las barras después de ese relajo”.

Llegamos a la casa y mientras mirábamos los resúmenes en la tele salió ahí que la Policía el sábado le tiró de esas bombas que lo hacen llorar a uno a los aficionados del Marathon porque estaban haciendo relajo y peleando, y aparte mi papi me la bajó cuando dijo: “Si ni los aficionados están seguros, menos nosotros, ese loco que se metió a la cancha hoy fácil pudo andar un cuchillo o una chimba y ya hace un gran relajo, hoy si ya no volvemos al estadio mijo”.

Yo ya no quiero ser futbolista, antes sí, y ya mi papi me la cantó que no volvemos al estadio. Mi pregunta señores de la Liga Nacional es: ¿de quién es la culpa?

Hace cinco años el estadio se llenaba más, ahora a puras cachas va gente, y casi no van niños. Púchica hagan algo para que mi papi me vuelva a llevar, yo no sé si ustedes van pero para mi es de las cosas que más me ilusionan y me llegan.

¿O es que acaso es culpa de los equipos? i es así ya solo al Madrid voy a ver. Yo no sé qué ondas pero a mí sí me llega la Liga y quisiera ver el estadio lleno como cuando mi papi era niño, dice que llegaban miles y miles de personas. Hagan algo por favor, contraten de esa gente que ya se graduó en la U a ver si encuentran la causa o díganle a la Policía que llevé más oficiales y por favor no dejen entrar a esos que llegan tomados y hacer relajo y se pelean.

Se los pide por favor,

Raulito, el niño de 10 años, olimpista de cora pero que su papá ya no llevará al estadio.