Directo y sincero como siempre, el maestro Chelato Uclés nos dio su opinión respecto a la actualidad del fútbol hondureño.
Al profe lo encontramos en el centro de la capital vendiendo algunos recuerditos de la selección de Honduras, esa que triunfó en España 82.
Junto a Karla Oseguera y Herman Ruiz Kattan disfrutamos de una amena plática con el maestro Chelato, quien nos contó sus opiniones respecto al actual proceso de la selección nacional.
Herman Ruiz Kattan: ¿Profe, porque los jugadores de antes si daban todo por la camiseta y ahora a pesar que les pagan más dan menos?
Chelato: “Es que los tienen muy cuntumeriados a los jugadores, los consienten y los miman demasiado(…) exigen hoteles de cinco estrellas para las concentraciones de la selección, mientras que para el proceso del 80′ en ocasiones los jugadores dormían de diez en diez en un cuarto, ahora es un cuarto para dos jugadores y aun así se quejan. La federación debe de sentar un precedente”.
“Imaginense que en lugar de usar el hotel de Siguatepeque se van para uno carísimo de Comayagua, se gastan millonadas.”
¿Para usted ¿clasificamos a Rusia?
“Dependerá mucho de la Copa de Oro, hay que ver cómo nos va”
¿Cúal es su opinión sobre Jorge Luis Pinto?
Es que nunca aprendió a conocer al jugador hondureño, es la verdad.
Hay jugadores que son figura para nosotros, no los trajo y están jugando y echando goles y todo. El problema es que a él le hubieran puesto un cuerpo asesor que tenga una conexión con la federación, porque ellos solo saben contestar “Si sabemos lo que está haciendo” y no saben; porque han habido un montón de errores.
Los jugadores se quejan de la metodología de trabajo de Pinto ¿Qué opina?
Para eso también es que los asesores eran útiles, porque irían a ver los entrenamientos y determinar si los jugadores tienen la razón o no.
Y así nos despedimos del maestro Chelato, no sin antes aprovechar para que nuestro compañero Herman se tomara la respectiva foto con el profe, sin duda una bonita experiencia para él de conocerlo en persona, experiencia que seguramente ya les contará.
¡La tarde que conocí al maestro Chelato!
