¿De ahora en adelante los clásicos a puertas cerradas? No es mala idea…

Foto: Frank Aguilera

Los incidentes del pasado sábado por la noche en el Estadio Nacional y sus alrededores han encendido las alarmas en la sociedad, y es aquí donde muchos nos preguntamos: ¿Qué hacer para evitar la violencia en el fútbol?

Bueno, como era de esperarse, en redes sociales se han logrado ver varias propuestas, y una de las que más ha llamado la atención es la de Mateo Yibrín, el presidente vitalicio del Real España de San Pedro Sula.

A través de su cuenta de Twitter el dirigente fue directo, señalando que de ahora en adelante los clásicos deberían jugarse a puertas cerradas, esto para evitar cualquier situación parecida a la que se dio en la previa del Olimpia-Motagua.

¿Qué opinan ustedes? ¿Les parece una buena idea?

¡Ojo! No nos vayamos solo con el hecho de jugar a puertas cerradas estos partidos de alto riesgo, sino que tomemos todo como el momento indicado para trabajar pensando en un futuro donde sí podamos disfrutar del fútbol con tranquilidad.

Yo comparto con Yibrín en todos los sentidos; que se juegue a puertas cerradas hasta que existan garantías reales del Estado pensando en la seguridad de los aficionados.

¡Pero que no nos den atol con el dedo! Pues recordemos que el viernes la Policía Nacional “garantizaba” que no ocurriría nada en este Clásico, y bueno, nos terminaron mintiendo.

Foto compartida por @mundodeportivo (Twitter).
Foto compartida por @mundodeportivo (Twitter).

Sí, es cierto, los directivos pondrían el grito al cielo porque saben que en los clásicos hay grandes ingresos económicos, pero me quedo con otras palabras de Mateo Yibrín:

“No hay dinero de taquilla que valga”

Y sumado a ello debería existir una gran inversión; crear un registro de aficionados con el que se debe identificar a cada uno, y no usarlo solo para entrar al estadio, sino que se utilice desde el primer anillo de seguridad en las afueras del inmueble.

Tener cámaras e identificar a los responsables de cualquier situación que incite o sea violencia como tal, desaparecer la impunidad y buscar la paz entre nosotros.

Sí, es difícil, lo sé, pero créanme, con todo el dinero que se gasta comprando gas lacrimógeno y en muchas otras cosas, todo es cuestión de querer, solo necesitamos que las autoridades correspondientes se pongan los pantalones.