Dejemos la “lloreta” por el incendio… ¡Hay que actuar!

El incendio que consumió cerca de 400 hectáreas de pino en El Hatillo y zonas aledañas debería encender también nuestra llama de espíritu. Quemar nuestra indiferencia. Sacarnos de esa cultura en la que nos quejamos de todo y no hacemos nada.

El fuego ha sido controlado, así que de nada seguir con lloretas. ¡Llegó el momento de la acción! ¡De sembrar! ¡De cuidar!

No es necesario que cada uno siembre cien pinos. Con dos o tres basta. Por algo se empieza.

Si todos ponemos un granito de arena podemos hacer mucho.

Si vemos basura en la calle, de qué sirve decir “¡Qué gente más chancha!”. ¿Esa es la única forma de ayudar, con un comentario que se lo lleva el viento? Agachémonos y recojamos.

Pero nosotros mismos vamos a ríos, al mar, a la montaña, y dejamos basura tirada en lugar colocarla en los depósitos.

Hay reconocerlo: tampoco hemos sido amigos del ambiente.

Y hay que decirlo: no les hemos enseñado a nuestros hijos a amar la vida que está en las montañas.

Entonces, no es por arte de magia que vamos a crear una cultura de respeto por la flora y la fauna. Es de sacudirnos esa “hueva” mental que cargamos desde tiempo inmemoriales y ponernos manos a la obra.

¡Ya!

¡Hoy mismo!

El desastre hecho está hecho.No perdamos más el tiempo señalando al pirómano que provocó el desastre. Tenemos una gran oportunidad para actuar y de generar un cambio. Que nuestra indignación no se queden en cenizas que se lleva el viento.