Ejemplar: Niños de Tegus estudian mientras venden fresas

Somos más que una Selección de Fútbol. Honduras no solo se la juega con los pies; también lo hace con la cabeza.

En el centro de Tegucigalpa, en la esquina de Larach, estaban tres niños bajo el sol del mediodía.

Estudiaban y vendían fresas.

Así se construye el futuro de un país que se desborda en pasiones por la pelota, pero se olvida que hay muchísimas cosas más en la vida: el teatro, la literatura, la danza, el estudio, la pintura, las ciencias…

¡Qué gran ejemplo el que nos dan estos tres pequeños de una escuela pública!

En lugar de gastar tres mil lempiras por un palco en el Morazán para ver a la Selección ante los ticos, ¿no sería mejor donarlos para becar a niños como los que capté con mi celular?

Tenemos mucho que aprender de ellos, de su actitud, de su pasión, de su disciplina, de su deseo de triunfar.

No ponen excusas. No se arrugan ante los obstáculos. Gente así es la que necesita Honduras para salir adelante.

Pequeños gigantes.

Invencibles.

A ellos nunca los goleará el pesimismo.