En el potrero de La Vega inicia el torneo de Ligas Menores de Tegus

Inhumano. Una grosería. Honduras sigue en la época de las cavernas en su formación de futbolistas. Basta ir a darse una vuelta por la cancha de La Vega para ver las condiciones en que juegan nuestros niños.

En medio de una zona “caliente”, la deformada cancha de La Vega está llena de tierra y piedras que ponen en riesgo la salud de los niños.

Pero como los niños no votan, a nadie le interesa arreglar la situación.

Con unas graderías que están a punto de colapsar, sin baños, sin seguridad, cientos de niños llegan cada sábado acompañados de sus padres a jugar.

Aunque ha habido deseos de marcharse a canchas sintéticas, una fuerte oposición de los delegados de algunos equipos lo ha impedido, porque para ellos vale un pepino la formación de los cipotes.

La tonta creencia que jugar así pule las habilidades de los niños es eso: una tonta creencia. Los tiempos han cambiado, y si ese fuese el mejor método, las grandes potencias del mundo entrenarían en potreros como el de La Vega y no es buenas condiciones.

¿O los gringos, los mexicanos y los ticos, para no irnos muy lejos, juegan en tierreros?

Algunos padres han expresado su malestar por la negligencia de los grandes equipos como Olimpia y Motagua, a quienes tampoco les interesan sus ligas menores.

Tal vez alguien se apiada de las ligas menores de Tegucigalpa y hace la humanitaria labor de sacarlos de una vez por todas del potrero de La Vega.