¡Heil, gringos!

Ellos se adjudican el papel de defensores de los derechos humanos, de la democracia, de la libertad. Pemítanme escupir en el suelo en señal de asco.

Lo que han hecho el gobierno de Donald Trump merece el repudio del mundo, comenzando por los países del llamado Triángulo Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador).

Los gringos tienen derecho de imponer sus leyes, pero, ¿dónde queda el tal pregonado humanismo?

¿Qué harían ellos si acá encerráramos a ciudadanos estadounidenses implicados en delitos? ¿Les gustaría? Claro que no, y lo más seguro es que con esa justificación bombardearían e invadirían al país.

Es inaceptable lo que los gringos, cuyos embajadores y líderes hipócritamente nos llaman “amigos”.

Duele en el alma escuchar el desgarrador audio de hijos de inmigrantes que lloran luego de ser separados de sus padres en la frontera de Estados Unidos y México.

“Mami” y “Papi” gritaban los niños en un centro de detención de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, mientras un imbécil de la Patrulla Fronteriza dice: “Bueno, tenemos una orquesta aquí, ¿verdad? Lo que nos falta es un director de orquesta”.

¡Hijo de puta!

La gente decente y medios como CNN, New York Times, The Washington Post y NBC han reaccionado con enojo ante la conmovedora revelación del audio que desnuda la falta de sensibilidad del gobierno de Donald Trump.

Los que ayudaron a liberar a los judíos de los campos de concentración son los que hoy recurren a las jaulas.

¡Heil, gringos!