Honduras: En tiempos de elecciones hasta el limón es dulce

¡Y se hizo el milagro! Lo que las cirugías plásticas y el botox no lograron conseguir, lo lograron las elecciones internas en Honduras: que los políticos sonrían.

Y así, viejos y viejas arrogantes, más amargos que un limón, personas que hasta hace unos meses no le sonrían ni a la familia, de repente se volvieron simpáticos, serviciales, buena onda, accesibles y dan la mano y abrazos.

¿A qué se debe tanta simpatía? O sea, no nos hagamos los papos: ¡Porque las elecciones están a la vuelta de la esquina y todos creen que con esas sonrisitas de a ficha nos van a conquistar!

Durante años han sido caras de tubos (les dicen CARAS DE VIAGRA, porque siempre la andan p…), son pedantes con sus esposas, esposos, hijos, con el chucho, con la amante, con la trabajadora, en sus oficinas, cuando andan en la calle, pero ahora, ni el Risitas el perro es tan simpático como los políticos catrachos.

Hoy hasta chinean a niños caretos, les dan la mano a medio mundo, se toman selfies en los barrios pobres y suben sus fotos empujando sillas de ruedas, reparando baches, rodeados de cipotes, haciendo saques de honor en las potras a pesar de las enormes petacas que se cargan…

Pero ya los queremos ver después del 12 de marzo, cuando muchos de ellos queden hule y sin aspiraciones a la presidencia, a las alcaldías o al Congreso Nacional.

Volverán a ser los mismos de antes: amargados, más serios que un muerto, y tratarán con las patas al prójimo