Olimpista y seguidor del Real Madrid, el fútbol es una de las pasiones de Kevin Solórzano. Eso no ha cambiado a pesar de estar en la cárcel.
“Fue un gran delantero, goleador”, cuenta Kowasky Ponce, su primo. “Estuvo en las ligas menores del Valencia. Tenía buena estatura y destacaba”.
Kevin estuvo en Valencia hasta los trece años. Su deseo era continuar jugando, pero el colegio se lo impidió.
“Se dedicó a los estudios y ya no pudo continuar jugando, aunque siempre se echaba sus potras con los amigos”, cuenta Kowasky.