La infidelidad en una relación pueden ser algo positivo según estudio psicológico

Emily Bobrow es una notable psicoterapeuta nacida en Bélgica que ha dedicado su vida a estudiar la tensión que existe entre la necesidad de seguridad en el amor, la pertenencia y la aproximación de las personas y ahora es autora de su libro The State of Affairs (La situación de los affairs), cuyo tema principal es la infidelidad debido a un estudio psicológico que ella realizó.

En él rechaza la concepción contemporánea de la infidelidad.

Tener una relación no significa que te dejen de atraer otras personas.

Ser monógamos consiste en aceptar la imperfección propia y ajena. En esa concepción el episodio extramatrimonial no tiene que terminar con la pareja y con todo lo que ambas personas han construido juntas.

Es algo más común hoy en día, se estima que en Occidente entre el 30 y el 75 por ciento de los varones y entre el 20 y el 68 por ciento de las mujeres reconocieron que cometieron alguna forma de infidelidad.

Rara vez el adulterio se da por el sexo en sí o por la otra persona. Se trata de recapturar “la sensación de sentirse vivo con alguien, la capacidad de jugar, la curiosidad y el egoísmo”, dijo Bobrow.

Desear a otras personas, además de la pareja, es algo natural, según la psicóloga, que lleva casada más de tres décadas y tiene dos hijos adultos. Sin embargo, esto choca con el pensamiento mágico, según el cual el alma gemela debe satisfacer todas las necesidades de una persona.

“La fidelidad es lo último que queda en pie para definir matrimonio. No hay que esperar a casarse para tener relaciones sexuales, no hace falta tener hijos. Ni siquiera hace falta casarse. Lo único distintivo es que, luego de años de nomadismo sexual, de pronto uno dice: ‘¡al fin encontré a la persona! Eres tan excepcional que no buscaré más. Por ti prometo ser repentina y exclusivamente monógamo’. Pero el amor y el deseo no son la misma cosa”, finalizó Bobrow.