Le escribió cartas de amor por años, hasta que le propuso matrimonio frente al Correo Nacional

Fuente: Jonathan Urbina

Advertencia: Esta nota se tiene que leer con los auriculares puestos, una canción en específico; Coincidir de Macaco.

Para una mejor experiencia…

Desde pequeñitas nos imaginamos vivir en un cuento de hadas, con un vestido de colores de los que veíamos en la tele, una tiara de flores enredada en nuestro cabello, un príncipe azul, vestido así, de azul. Son solo sueños de niñas; no es probable que nos pase o al menos eso creemos, hasta que mágicamente sucede.

Viajemos en el tiempo ha esos días de escuela donde teníamos un amor de roce de manos, que te dejaba notas en el escritorio y corazones dibujados en cuadernos olvidados, esos días que el salón de clase nos parecía el lugar más feliz para estar y la niña de risos caramelo y el niño de gran sonrisa se daban miradas fugaces que contaban secretos silenciosos. Esos días donde la vida había decidido unir a dos personitas que más tarde tendrían que luchar contra la distancia.

Foto: Jonathan Urbina
Foto: Jonathan Urbina

Doris y Racso eran esos chicos que por decisión del destino tuvieron que separarse luego de haber coincidido. Él se tuvo que ir lejos pero nunca olvidaría a aquella niña que le sonreía con los ojos. Luego de un tiempo vinieron las cartas, y las largas esperas en el Correo Nacional de Tegucigalpa valían la pena cuando Doris las tenía en sus manos. Se iba a casa, abría el sobre en su habitación y fingía como si él mismo le estuviera hablando a través de las letras.

El tiempo pasó y solo quedaban recuerdos de ese amor puro, pero un día cuando ya el destino había decidido no interponerse más los dejó coincidir de nuevo y hace un año volvió la relación que tanto habían deseado. Todo el tiempo habría valido la pena, cada palabra escrita a mano, cada pensamiento, cada reloj apuntando la hora para poder llamarse el uno al otro, todo finalmente valió la pena.

Foto: Jonathan Urbina
Foto: Jonathan Urbina

Doris se convirtió en princesa y Racso Ortiz en el príncipe… como nunca lo habíamos visto en Honduras. Una historia de amor al estilo de los cuentos que hemos leído y soñado. Frente al Correo Nacional, que los vio amarse a largas distancias, él le pidió matrimonio, después de 22 años y ella dio el sí. Todo un evento se vivió en honor a esta pareja que nos derritió el corazón a más de alguno.

Sin duda alguna hay amores que nacieron para ser, sin importar nada.

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“Hay historias de amor que nunca terminan”

Brindemos por estas historias de amor que pensábamos ya no existían, ojalá todos encontráramos un amor así de puro, de leal y de perseverante porque al final del día la vida es más linda si tenemos con quién compartirla.

Fotos: Jonathan Urbina