Madre de Kevin: “Me mata la idea de que me lo manden al Pozo”

Por: Karla Oseguera, Frank Aguilera, Alexis Hernández

(Parte III de III)

Doña Betty llega a la casa acompañada de su hijo Luis.  Cargan algunas bolsas del supermercado; en ella traen algunas cosas que le llevarán a Kevin en su próxima visita

Nos saluda y acepta platicar con nosotros, y nos agradece por todo el apoyo que le hemos dado a Kevin como medio de comunicación.

Antes de empezar nos pide que no tomemos fotos y con una mirada que quebranta el alma a cualquiera, nos pregunta “¿Qué quieren saber?”, mientras una lagrima se desliza por su mejilla.

“Fui a comprar unas tortillas al super de un mall, ese mismo día me encontré con el hermano de la fiscal María Auxiliadora Sierra -esposa del ex fiscal asesinado Edwin Eguigure-. Se llamá José, estaba en las afueras de los baños”, cuenta doña Betty

“Él no me pudo sostener la mirada, pero yo sí, fui fuerte y le dije que algún día iban a pagar, y le grité ´¡Maldito, asesino!´, no me levantó la mirada, porque sabe lo que hicieron (comienza a llorar) ¿Por qué se ensañaron con Kevin?”.

¿Cómo era todo en la familia antes que pasara la tragedia?

“Nosotros no siempre vivimos aquí en El Chimbo, antes estábamos en la colonia Alemán, mi sueño siempre fue vivir en Santa Lucía, cuando tuve la oportunidad de comprar esta casa, les comenté a mis hijos, la vinimos a ver y a todos nos gustó el lugar. Eso fue en el 2011. Ahora no hay día que no me arrepienta de haberme venido a vivir aquí.

“Con mis hijos somos muy unidos, muchas veces nos íbamos a comer algo rico a Santa Lucía o a Valle, caminábamos por esas calles platicando y cuando no había pisto nos sentábamos en el parque a comer aunque sea pan blanco y fresco”.

Kevin Solorzano

Foto: Los tiempos en que todo era felicidad en la familia de Kevin.

¿Cómo han sido estos años con Kevin en Támara?

“Cuando ya es hora de regresar de mi trabajo, mi sufrimiento aumenta al iniciar el recorrido desde la 21 de octubre, pasar por todo este camino recordando el día en que me lo llevaron en una patrulla, es un sufrimiento que debo  soportar todos los días.

Desde que me llevaron a Kevin, yo no he dejado de llorar un solo día. Los asesinos andan libres mientras mi hijo está sufriendo tanta cosa en la penitenciaría”.

 

(Mientras trata de responder, doña Betty hace todo lo posible por contener las lágrimas.)

 

“Todos los días me llama de los teléfonos públicos del área de Diagnóstico, me llama para avisarme que está bien y para calmarme porque sabe que estoy sufriendo, pensando que a él me lo quieran trasladar para otro lado.

Yo duermo ahora con Melissa, porque no puedo entrar a mi cuarto, porque Kevin al venir de la Universidad siempre se iba con Luis a ver tele a mi cama y a comer, no soporto venir del trabajo y ver que no está allí”.

 

¿Qué es lo que más teme, doña Betty?

No quiero ver a mi hijo vestido de anaranjado, tengo miedo que me lo quieran llevar para El Pozo; él no se merece eso, me mata ver sufrir a mi hijo, el mayor sufrimiento de Kevin he sido yo, él sabe cómo estoy”.

 

¿Cómo es Kevin con usted?

Con los ojos rojos, una lágrima en el rostro y el corazón en la mano responde:

“Cada vez que nos vemos, tanto él como yo simulamos otra cara, lo conozco tan bien que cuando hablamos por teléfono el viernes yo lo escucho tan feliz, porque sabe que al día siguiente tempranito yo voy a estar allí.

Pero ya el domingo que va a encaminarme a la salida de la cárcel, él me abraza y con una sonrisa nos despedimos, pero sé que esa sonrisa no es de verdad, porque durante cinco días nosotros no nos vamos a ver.

Cuando él me llama lo primero que quiere saber es cómo estoy, trato de disimular mi sufrimiento pero él me dice “Mami, ¿verdad que estás llorando?“.  Yo le digo que no y trato de cambiar el tema…

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Foto: Kevin y su madre han luchado por salir adelante en esta tragedia.

Kevin siempre creyó que no lo amaba, siempre le decía a sus hermanos ´Primero va Luis, luego vos Melissa y por último yo´. No sé si Dios permitió que todo esto pasara para que él se diera cuenta de cuánto lo amo”.

 

En ese preciso momento suena el teléfono de doña Betty, era Kevin llamando desde la cárcel… Antes de contestar se seca las lagrimas, respira hondo y le dice:

  • ¿Cómo estás amor? Yo estoy bien bebé. ¿Al final va a ver visita mañana?
  • (Kevin contesta).
  • Sí, en la casa, te fui a comprar unas tortillas de harina y le llevó un Cinabon.
  • (Kevin contesta).
  • Dale, mi amor, yo ya hablé con la amiga y ella me va a llevar.
  • (Kevin contesta).
  • Vaya mi amor, ¿Pero usted está bien? 
  • (Kevin contesta).
  • Dele, mi amor mañana lo veo , que Dios me lo bendiga y me lo guarde, lo amo.

“Esta es mi triste historia, mi triste vida, porque desde que todo sucedió no tenemos vida ninguno de nosotros, tenemos dos años y medio de no tener nada de vida”.

Este problema le ha afectado de muchas maneras, en la parte económica. ¿Cómo está la situación? 

“Estoy tratando de sobrevivir junto a mis hijos, antes de todo esto, yo tenía mi trabajo, pero siempre me dediqué al comercio, vendía galletitas, frescos, ropa interior, camisetas, pantalones, un fin de semana de por medio me iba comprar cosas, pero ahora ya no tengo tiempo para eso porque me voy donde Kevin”.

¿Y con los abogados?

“Una día yo le dije al abogado que ponía la casa a la disposición y que no había problema que podía hipotecarla o venderla, pero gracias a Dios tengo grandes abogados, él me dijo: ´No lo vuelva a decir, porque su casa no me interesa´.

Y la abogada me dijo: ´Si usted le vuelve a decir eso a Jair le va a dejar el caso. Si yo hubiera tenido otros abogados ya estaría en la calle, porque yo soy capaz de venderla.

Yo le doy gracias a Dios porque hay mucha gente que nos ha ayudado en esta situación, el dinero que algunas personas han aportado, todo va para Kevin, no se usa ni un centavo en otra cosa”.

¿Qué pasó realmente con el tema del dinero que se estaba recaudando en los Estados Unidos?

“En ese momento creí que se encendía una luz para nosotros, pero al final no pasó nada, el abogado vino una vez, únicamente a conocerme, cobró 35 mil dólares”.

¿Le ayudaron en algo con ese dinero?

“Yo únicamente recibí 10 mil lempiras que eran para unos banners que se pusieron en los puentes peatonales, pero yo mejor hablé con el Paky y le dije que hasta aquí nomás, que no me interesaba el dinero, que si nos quieren ayudar esta bien pero no quiero problemas”.

 ¿Tienen fe en Dios de que Kevin saldrá libre? 

“No le voy a mentir, he renegado de Dios, el día del fallo pensé que yo no iba a poder sobrevivir, ese día yo le reclamé que por qué había permitido que eso si era testigo que Kevin es inocente”.

¿Cómo se encuentra de salud doña Betty?

“Cuando lo arrestaron bajé 48 libras, Kevin sufría al verme delgada, durante el juicio bajé 12 libras. Un día me dio un dolor tan fuerte en mi corazón que pensé que me iba a morir y tuve tanto miedo que le dije a Melissa ´Si algo me pasa no duden en hipotecar la casa, no me dejés a Kevin metido allí´.

Yo a ella siempre la he preparado y sé que mis hijos nunca van a dejar solo a su hermano y van a luchar por él porque somos hasta la muerte.

También se lo he recomendado mucho a la abogada Celeste, porque no ée hasta cuando voy a resistir (llora), el tiempo se alarga y no dan respuesta de nada, la gente habla que en las casaciones no hay probabilidades que salga… ¿Usted tiene idea de cómo me pone eso cuando alguien lo comenta?

A veces me gustaría estar solita para que mis hijos no me vean sufrir, ellos tienen doble sufrimiento, porque sufren por su hermano y sufren por mi.

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