OPINIÓN RADIOHOUSE
Delito es delito, y repudiamos cualquiera que sea su forma: extorsión, asesinato, venta de moña, lavados de activos, abuso de autoridad…
Hay otros, como el que se roba un pan, una gallina o una bolsa de leche para darles de comer a sus hijos, que nos rompen el corazón y nos provocan solidaridad.
O un garrobo.
O como don Salvador, de 97 años, cuya edad y enfermedad le impedían presentarse a los juzgados, pero igual fue detenido -y EXHIBIDO-, por desacato.
Eso ocurrió a inicios de año.
Pero sucede que las autoridades, en un acto vergonzoso, exhibe a los más pobres frente a los medios de comunicación, los exhiben públicamente, aunque no hayan sido vencidos en juicio.
Y la opinión pública, movida por el morbo, se da gusto.
Cuando se trata d extraditados, muy bien. Narcos, asesinatos, mareros, pandilleros, ex funcionarios y actuales funcionarios que han recibido sentencia, muy bien.
Los órganos competentes, sin embargo, deberían tener consideración por personas, especialmente cuando son ancianos, que han sido capturadas por delitos que no implican un riesgo para la sociedad.
Ya ha demostrado la Policía, el Instituto Nacional Penitenciario, los juzgados, que con los poderosos (como en el caso Pandora), son unos arratrados, unos serviles, unos lame zapatos que protegen a los que se han “hueviado” los fondos nacionales.
¡Con los Pandoros fue total consideración!
Entonces, si la cosa no es pareja, debería ser prohibido, y hasta un delito, exhibir a cualquier hondureño mientras no sea vencido.
Estamos hartos de la corrupción, pero todo hondureño, como corresponde en el Estado de Derecho, es inocente hasta que no se demuestre lo contrario, se vencido en juicio.
