Le llaman El Sapito. Según las autoridades, es cabecilla de la pandilla 18 y responsable de la masacre perpetrada hace unos días en El Reparto.
Lo agarraron el sábado. Lo sorprendente es que ya había estado preso por homicidio y por tráfico de drogas. La pregunta es: ¿Por qué el Estado permite que estos criminales anden libres si ya se sabe -con pruebas-, que son una amenaza para la sociedad?
Así, con operadores de justicia que les brindan medidas cautelares a criminales como El Sapito es difícil que le ganemos la batalla al crimen organizado.
Porque hoy asesinan, secuestran y extorsionan, y a los pocos días quedan, inexplicablemente, sospechosamente, en libertad, y vuelven a las calles a cometer más fechorías.
Inexplicable, de verdad.
