La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia ordenó ayer que se repita el juicio contra el exgerente de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel), Marcelo Chimirri, quien fue sentenciado por soborno en el caso de LatinNode.
Esto, luego que se aceptara el recurso de casación interpuesto por la defensa de Chimirri.
Pero olvidémonos de Chimirri y hablemos de Kevin Solórzano, el joven estudiante al que le podrían caer cincuenta años de cárcel por un caso en el que hay más argumentos de inocencia que de culpabilidad.
Miremos.
De tres jueces, dos fallaron en contra de Kevin y uno a favor. Es decir, no fue un fallo unánime.
Si se va a sentenciar a cincuenta años de cárcel a alguien, al menos debería haber unanimidad, pero si uno de los jueces sentenció que Kevin es inocente, significa que los argumentos presentados por los fiscales no fueron contundentes.
En RadioHouse hemos tocado este tema varias veces. No puede ser que lo hayan declarado culpable basándose exclusivamente en el testimonio de la viuda del fiscal Edwin Eguigure y en base a chismorreos baratos, tal y como lo reconoció uno de los agentes que participó en la captura de Kevin.
Si otro (y no Kevin, según el testimonio de la viuda), fue el que disparó el arma que acabó con la vida de Edwin Eguire, podemos llegar a la lógica conclusión que el verdadero asesino anda libre, y que, por lo tanto, no es justo que la Fiscalía pida 30 años para Kevin por asesinato.
El sistema de justicia hondureño se juega mucho de su poca credibilidad con Kevin Solórzano.
Si a Chimirri le repetirán el juicio, lo mismo debería ocurrir con el de Kevin.
