¡Se hizo justicia! Mario Hernán Ramírez recibirá Premio Nacional de Literatura

Es algo que se veía venir. Tal vez tardó más de lo que esperábamos, pero eso es lo de menos. Lo importante es que Mario Hernán Ramírez, EL VIEJO LOBO DEL PERIODISMO HONDUREÑO, recibirá el PREMIO NACIONAL DE LITERATURA RAMÓN ROSA 2017.

Me di cuenta de la noticia hace unos días. Mi primera intención fue llamarlo, pero luego decidí escribir sobre este importante acontecimiento de la intelectualidad que, en lo particular, me llena de profunda alegría y orgullo.

Nacido el 5 de marzo de 1934, le ha dado tanto a la literatura hondureña -entre ellos diez libros, miles de artículos de opinión e incontables investigaciones históricas-, que merece, además, un monumento en el corazón de Comayagüela, su ciudad amada.

Su mayor aporte es la divulgación de la vida y obra de Juan Ramón Molina, el mejor poeta que ha parido Honduras. Fue fundador de los TRECE LOCOS DEL GUANACASTE, un grupo de doce hombres y una mujer (Magda Argentina Erazo), que se reunía cada sábado a analizar los versos del autor de Pesca de Sirenas, La Calavera del Loco, Salutación a los Poetas Brasileiros…

Don Mario también posee un de las mejores voces de la radiodifusión hondureña, y conserva, su edad, un espíritu de adolescente.

En un país en el que la justicia no es precisamente una de las mayores virtudes, la noticia de que este Quijote Indio (“Soy puro indio de Comayagüela”, dice), es un acto de justicia que le hace el gobierno de Honduras.

EL PREMIO NACIONAL DE LITERATURA RAMÓN ROSA 2017 vive en una humilde casa en la colonia San Ángel de Tegucigalpa, a la orilla del bulevar Fuerzas Armadas. Cuando uno entra se topa con libros, revistas y periódicos en cada rincón.

Es un excelente anfitrión y contador de historias y anécdotas. Uno le pregunta algo con la certeza que don Mario saldrá con datos varios datos interesantes.

Particularmente tengo un gran cariño por este SEÑOR, en todo el sentido de la palabra, que ha sido mi mentor moliniano, y que nunca pierde la esperanza ni la fe a pesar de algunas dificultades en su vida.

Olvidado por el Partido Liberal (a quien le dio muchísimos años de su vida), don Mario es un ejemplo de honradez. Eso explica que no tenga una casa allá en El Hatillo a la par de la mansión del ex presidente de la Penafuth que está en Estados Unidos acusado de corrupción.

Don Mario camina con la frente en alto, porque nadie puede señalarlo. Por eso, este premio (que recibirá después de las elecciones) tiene mayor mérito.

Felicidades, maestro, amigo y ejemplo. Ochenta y tres años… ¡Y el VIEJO LOBO aún aúlla con fuerza!