Valió la pena cada segundo de sueño…

Foto compartida por @ESPNDatos (Twitter).

Es doloroso, y créanme, eso nadie lo puede ocultar.

Quedar fuera de una Copa del Mundo hasta las últimas instancias de las eliminatorias es algo que cala fuertemente en los sentimientos, principalmente de aquellos que ven al fútbol como algo más que un simple deporte.

Caer 3-1 ante Australia y quedarnos sin el boleto al Mundial de Rusia 2018 es algo de lo que nos costará reponernos, pero ni modo, así es el fútbol.

En ocasiones se celebra (Como lo hicimos rumbo a Sudáfrica 2010 y rumbo a Brasil 2014), y en otras circunstancias se sufre, tal y como lo vivimos en el presente.

Ahora les pregunto…

¿Valió la pena la desvelada o despertarse tan temprano?

Australia_Honduras_mundodeportivo

Muchos dirán que no; que mejor se hubieran quedado dormidos, que mejor miraban una película o que esta selección no merecía nuestro apoyo.

Si usted piensa así, déjeme decirle que no estoy de acuerdo, respeto su opinión, pero no la comparto en lo más mínimo.

Es cierto que la selección se vio mal y todo lo que quieran, pero este es el mismo equipo que en el pasado nos ha hecho sentirnos en el cielo, como cuando vencimos a Brasil en la Copa América del 2001 o cuando conseguimos el famoso “H-Aztecazo”.

Foto del Diario Deportivo Diez.
Foto del Diario Deportivo Diez.

¿Qué? ¿En esos y muchos otros momentos sí TODOS ÉRAMOS HONDURAS, y ahora que caemos no?

¿Curioso, no creen?

Cuando el Barcelona o el Real Madrid quedan eliminados en la UEFA Champions League no aguantamos en las redes sociales el Visca Barca y Hala Madrid de miles de hondureños, dando a conocer su fidelidad a un equipo extranjero.

Pero cuando la escuadra catracha cae la mayoría lo único que hace es criticar, en ocasiones incluso sin medir sus palabras.

Entonces… ¿Valió la pena madrugar?
Créanme, valió la pena cada segundo de sueño, y no solo esta madrugada, sino de todo el camino rumbo al Mundial de Rusia 2018, pues el sueño era estar en la justa internacional.

Un verdadero aficionado está en las buenas y en las malas, punto, no hay más que decir. Ahora a trabajar y a pensar en Qatar 2022.