FARC-tástico, la paz está cerca

Las manos que han disparado fusiles o han firmado órdenes para arrasar con el enemigo se saludaron en una noche tibia de La Habana.

La imagen lo dice todo: el presidente de Colombia Juan Manuel Santos le da la mano al máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”.

Raúl Castro, el hermano de Fidel, pone sus manos sobre las de los dos principales gestores de lo que será la paz colombiana, como para asegurarse que no hay marcha atrás.

Luego del apretón de manos, Santos anunció que “Alcanzaremos un acuerdo final no más tarde del 23 de marzo de 2016”.

“No será una tarea fácil, porque aún faltan puntos difíciles por acordar, pero esa es la instrucción que le hemos dado a nuestras delegaciones: que terminen el acuerdo”, subrayó.

Timochenko (me recuerda a la famosa bebida de Santa Rosa de Copán), dijo: “Esta victoria no le podrá ser arrebatada al pueblo de Colombia”.

JUSTICIA

Antes, en un comunicado conjunto, las partes informaron que habían conseguido establecer un mecanismo de justicia para los crímenes cometidos en el marco del conflicto interno que lleva más de 50 años y ha dejado más de 220 mil muertos y más de siete millones de afectados.

Timochenko dijo estar optimista por la cercanía de una paz definitiva.

Se trata de lo que han denominado “Jurisdicción Especial para la Paz”.

Por ella pasarán tanto miembros de las FARC como de las fuerzas de seguridad colombianas, políticos y empresarios que deban responder por acciones cometidas durante el conflicto.

Se concentrará en especial en los crímenes más extremos, como secuestros, ejecuciones extrajudiciales, desplazamiento forzado, tortura, violencia sexual y reclutamiento de menores.

Su función será “obtener verdad, contribuir a la reparación de las víctimas y juzgar e imponer sanciones”.

CASTIGOS

Habrá tres tipos de penas: aquellas aplicables a quienes reconozcan verdad y responsabilidad de forma temprana, aquellos que lo hagan de forma tardía y aquellos que se nieguen a hacerlo.

Los primeros accederán a penas de cinco a ocho años “de restricción de la libertad” y deberán cumplir labores de reparación y resocialización.

Los segundos pagarán entre cinco y ocho años de cárcel.

“Nos acercamos a la paz, una paz que no será fácil”, dijo Santos.

Los que se encuentren en el último grupo serán sentenciados, si son hallados culpables, a hasta 20 años de cárcel.

¿Qué quiere decir “restricción de la libertad” en el caso de aquellos que confiesen en forma temprana?

Que mientras cumplan con sus labores de reparación y resocialización, que tendrán lugar en la zona donde hayan cometido sus crímenes deberán estar ahí.

Pero “por la noche no estarán encerrados en una cárcel”, explica Enrique Santiago, abogado español que asesora a las FARC.

El tipo de actividades de reparación pueden ser “un programa de desarrollo agrícola, o de quitar minas, o de construcción de escuelas”, indicó.

JUECES INTERNACIONALES

Santiago agregó que se prevé que haya un monitoreo internacional para verificar el cumplimiento de todas las sanciones.

Por otra parte, según el comunicado que se leyó en La Habana “el Estado colombiano otorgará la amnistía más amplia posible por delitos políticos y conexos”.

Quienes sí sean sometidos a la Jurisdicción Especial para la Paz serán indagados y procesados por un total de 35 jueces, divididos en siete salas y tribunales.

Santiago estima que el 80 por ciento serán colombianos y el resto extranjeros, y que serán elegidos por una comisión de selección acordada entre las partes.

El apartado de justicia era uno de los más contenciosos de la agenda de negociaciones entre el gobierno y las FARC.

Ahora faltan consensuar puntos sobre cómo será el proceso de dejación de armas y cómo se garantizará la seguridad de los guerrilleros una vez que se desarmen.

Finalmente, restará pasar por las instancias de refrendación, implementación y verificación.

Santos dijo en La Habana: “La última palabra la tienen los colombianos: serán ustedes, a través de la refrendación popular, quienes decidan si aceptan los contenidos de este acuerdo”.

También señaló que se acordó que las FARC comenzarán a dejar las armas no más de 60 días después de firmado un acuerdo final.

“Nos acercamos a la paz, una paz que no será fácil”, recalcó.