Fue la mano derecha de Pablo Escobar. Con esa misma mano, como jefe de los sicarios del Cartel de Medellín, empuñó la pistola con la que asesinó, según su propia confesión, a por lo menos 300 personas.
Se llama John Jairo Velásquez Vásquez. Y le llaman Popeye.
Es de los pocos sobrevivientes de esa organización criminal que sembró el terror en Colombia en la década de los ochentas.
Salió hace unos meses de la cárcel, dice que no le tiene miedo a la muerte, pero que no por eso deja de tomar precauciones.
En las dos primeras fracciones de la entrevista, que irá completa el domingo desde las 21 por TN, Popeye dio varios detalles de sus asesinatos y estremeció con una frase: “Un buen sicario mata de dos tiros, arriba de las cejas”.
Ahora, Popeye cuenta que el Cartel de Medellín enviaba “algo” a Raúl Castro… y no precisamente espinacas.
“Raúl Castro recibía la cocaína de parte de Pablo Escobar y Fidel estaba al tanto de todo. La droga iba a Cayo Hueso, al sur de la Florida”, asegura este asesino de 53 años.
“Es difícil creerle a un sicario”, le dijo el periodista a Popeye, y este respondió lo siguiente.
“Fidel no es un líder mundial, es un dictador y un bandido. Yo estuve en Cayo Hueso, yo vi la droga. Cuando se descubre el tráfico de cocaína, en Cuba quedaron más de 10 mil kilos de droga enterrados”, dice.
“Que me digan bandido, no hay problema. Pero contaré algo más: A mí, Pablo Escobar me envió al aeropuerto de México, del D.F., a encontrarme con el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez”.
Y agrega que “Sí, así como lo escucha. A García Márquez le entregué una carta de parte de Pablo Escobar, esa carta era para Fidel y Raúl Castro. El Patrón le estaba pidiendo a Fidel un submarino ruso para llevar la droga desde México a La Habana, y con ese submarino, a Miami”.
¿Y cómo era Pablo Escobar?
“Era el mejor amigo del mundo y el peor enemigo del mundo…El no mataba por cualquier cosa, él mataba por deslealtad”.
Palabra de Popeye…
