Los descendientes de Cantinflas están peor que UN DÍA CON EL DIABLO, con una vida de SUBE Y BAJA en el que está presente EL SIGNO DE LA MUERTE, con más problemas de SI YO FUERA DIPUTADO.
La vida de ellos es como EL CIRCO, uno de ellos dice SOY UN PRÓFUGO y su mamá le dice A VOLAR, JOVEN.
El causante de esta trágica historia tiene nombre y apellido: Mario Moreno Ivanova, el hijo de Cantinflas.
Es un tipo tan desastroso, que su propio padre decidió por no dejarle los derechos de sus películas.
A sus 55 años, se ha casado tres veces y su propio hijo lo ha llamado “un criminal”.
Con Abril del Moral, Moreno Ivanova tuvo a Mario y a Valentina, quienes a duras penas hablan con él y lo consideran un extraño.

Los tres que tuvo con Sandra Bernat corrieron con peor suerte. Mario Patricio, Gabriel y Marisa han caminado una vida inestable y son la prueba de lo que sucede al crecer en un ambiente sin cordura.
Mario Patricio, el hijo mayor de su segundo matrimonio, se suicidó en 2014. La versión oficial así lo asegura si bien su madre señala inconsistencias en su expediente y asegura que alguien lo mató. Gabriel y Marisa, los mellizos de 21 años, viven su propio calvario.
Gabriel vive en la calles, abandonado a su suerte luego de escapar de un centro de desintoxicación. Asegura que su madre no lo recibe en casa porque siempre terminan a los gritos.
Por su parte, apenas hace dos semanas, Marisa sobrevivió de milagro a la golpiza que le propinó su ex esposo, el francés Alain Meder, de quien se había separado a comienzos de septiembre.
Ese ataque sobrepasó el concepto de violencia doméstica.
“Cuando la ingresaron al hospital tenía fracturas en el rostro, señales de ahorcamiento, no podían cuantificar la cantidad de fracturas. En el rostro hay muchos huesos, cuando se habla de 200 fracturas no quiere decir 200 huesos, pero un hueso se fractura en varias ocasiones hasta llegar a 200. Yo dudaba que Marisa estuviera viva. Cuando vi esa primera imagen yo sí pensé que estaba muerta”, declaró a medios locales su madrastra Tita Marbez, la última esposa de Moreno Ivanova.

UN DESASTRE
Mario Moreno Ivanova nació de un amorío extramatrimonial del cómico, pero Valentina Ivanova, la esposa del actor, lo acogió como suyo cuando tenía dos años.
Mientras esto pasaba su madre biológica se sumió en el desespero de verse desplazada e ignorada y se quitó la vida.
Cuando cumplió 16 años se fue a estudiar un año a Estados Unidos. Su primo Eduardo Moreno Laparade, 21 años mayor y a quien la justicia ratificó como heredero de los derechos de 39 películas de Cantinflas, asegura que regresó del periplo “con todas las adicciones posibles”.
Su primera mujer está de acuerdo y confesó que cuando estaban casados llegaba a las siete de la mañana y dormía hasta las cuatro de la tarde.
“Yo sabía que era alcohólico y descubrí que también era adicto a la cocaína”, asegura.
El matrimonio no duró más de tres años, hasta cuando reapareció Sandra Bernat, una antigua compañera de colegio que lo sedujo, logró que se divorciara y se casó con él.
MAL PADRE

Moreno Ivanova y Bernat, dos personas inestables que se culpan mutuamente por la desgracia de sus tres hijos, terminaron su matrimonio de la peor manera.
Cuando le tocó escoger entre vivir con su madre o su padre, Mario Patricio, el suicida, respondió que no quería estar con ninguno.
En un punto aseguró a los medios que su papá lo había impulsado al alcohol y la cocaína desde que tenía 14 años.
Este aseguró en su defensa que Moreno Laparade, su peor enemigo, lo había inducido a hacer esas declaraciones.
Marisa también decidió en un punto de su vida alejarse de sus padres y vivir con la primera mujer de su papá, Abril.
Hoy, su mellizo Gabriel vive en la calle, lejos de los lujos a los que tendría derecho por la fortuna que su abuelo dejó.
Pero tuvo los padres que nadie querría haber tenido. AHÍ ESTÁ EL DETALLE…