“Respetan más en una película XXX que en la calle”

Seamos sinceros: ya estamos hasta aquí del tema de la H. Con esa macaneada que nos dieron -y que nos deja tambaleándonos como borrachito saliendo de Tito Aguacate-, queremos tocar, con el permiso de ustedes, y de los puritanos, conservadores, moralistas, ortodoxos y similares, un tema de sumo interés nacional e internacional: EL ACOSO QUE SUFREN LAS MUJERES EN EL MUNDO.

Es un tema serio del que hablaremos con el mayor respeto posible. Es algo feo, en realidad, tan feo como cada pase que dio Boniek García contra México.

El rollo está en que la famosa actriz porno serbia Stoya (29 añitos), acaba de publicar un artículo en el que toca el tema del acoso que sufren las mujeres.

“A mí me ha pasado… Por lo menos tres hombres en promedio tratan de pasarse de listos cuando estoy en una convención porno. La vez pasada, uno de ellos introdujo sus dedos en mis partes íntimas… Otro acarició mi trasero mientras yo me estaba tomando una foto… Y hubo uno que me agarró del brazo como objeto y yo le di una patada en los testículos”, contó.

“Pero esto no es nada, NADA, comparado con ser una chica o una mujer caminando en público a plena luz del sol, porque sufren toda clase de acosas verbales y físicos”, dice.

Y tiene razón… Por ejemplo, acá en Honduras hay gente que se pasa con unos piropos que son conocidos popularmente como de “albañil”.

“¡Pobre mujeres! Incluso si están con el pelo sucio, sin maquillaje y en fachas, sentada en una cafetería o en el metro, con la nariz metida en un libro, o hablando por el teléfono, sufren de las estupideces de algunos hombres que creen que pueden sobrepasarse”.

Stoya recuerda que las mujeres en todo el mundo aguantan acaso diariamente, y que ella no es la excepción.

La actriz explica que ha sido perseguida por la calle, que le han jalado los cable de sus auriculares para quitárselos y que les hiciese caso, que la han agarrado de distintas partes de su cuerpo y hasta ha sido arrinconada en los vagones del metro.

Y agrega: “Otros han detenido sus vehículos en la mitad del paso de cebra -esas del peatón que nadie respeta en Honduras-, para mirarme y gritar cosas por la ventanilla”.

También le dicen “cochinadas”.

Y como ella está en la industria XXX, cualquiera podría pensar que está “preparada”, pero no es así. Una cosa es el trabajo, y otra la vida real, donde Stoya es una mujer de carne y hueso con derechos, valores y dignidad.

“Me respetan más en la habitación cuando estoy filmando una escena de sexo, que en la calle”, dice.

En la calle -revela-, me dicen de todo: que tengo un bonito culo, buen trasero… Dicen que soy su futura esposa, o que estaría guapa sin ropa y en la cama”.

Y cuando no reciben la respuesta esperada, sacan a relucir “el canto de puta-zorra-perra. Todas las mujeres que conozco tienen al menos una historia verdaderamente terrorífica de acoso callejero y una gran cantidad de otros relatos insultantes o molestos -dice Stoya.

¿Qué opinan las mujeres hondureñas? ¿Aquí también es así?

Aquí un video de como serían los piropos de los albañiles si fuesen educados…