Samra Kesinović tomó la peor decisión a sus escasos 17 años de edad: irse de Austria, donde llevaba una vida tranquila, para viajar a Siria e incorporarse al grupo terrorista Estado Islámico.
No viajó sola. Lo hizo con su alera Sabina Selimovic. Fue en abril de 2014 y llegaron sanas y salvas a Raqqa, ciudad que es bastión de los terroristas.
Varios medios austríacos han informado que a Samra la golpearon militantes del Estado Islámico hasta quitarle la vida.
Una mujer tunecina dio la información al periódico The Local, y contó que junto con Samra y Sabina en Raqqa.
La ex terrorista tunecina, cuya identidad no fue revelada, logró escapar y ahora da detalles de lo sucedido.
A principios de este año, un funcionario de las Naciones Unidas ya había revelado que una de las dos jóvenes austríacas que huyeron de sus hogares en Viena el año pasado murió en Siria.
Las amigas volaron primero a Ankara (capital de Turquía) y de allí se trasladaron a la región de Adana. Nunca se supo más de ellas después de eso.
“Recibimos información sobre dos niñas de 15 años, de origen bosnio, que abandonaron Austria, donde habían vivido los últimos años; y todo el mundo, las familias y los servicios de inteligencia de los dos países, están en busca de ellas”, dijo David Scharia, del Comité contra el Terrorista del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Ya agregó que “Fueron reclutadas por el Estado Islámico. Una murió en los enfrentamientos en Siria y la otra ha desaparecido”.
Según las autoridades, el predicador islámico de Bosnia, Mirsad O., les lavó el cerebro a las jóvenes y las radicalizó.