Yo tenía apenas cinco meses de nacido cuando Kim Phuc, de nueve años, corría con los brazos extendidos, mientras daba gritos de dolor.
Una bomba de napalm fue lanzada en Trang Bang, el poblado donde vivía la pequeña vietnamita, y la sustancia química se prendieron de su cuerpo. Eran lo tiempos de la guerra del Vietnam.
Hoy, Kim tiene 52 años y dos hijos, y está en Miami, ciudad en la que se está sometiendo a un tratamiento láser para borrar las cicatrices. Los médicos son optimistas.
La fotografía se la tomó Nick Ut. Fue el propio Ut quien le echó agua, la cubrió y la llevó en su auto al hospital. Desde entonces son amigos, y la ha acompañado a Miami,
“De inmediato supe que tenía que mostrar esa foto al mundo para que se diera cuenta de lo terrible que es la guerra”, dice Ut, ganador del premio Pulitzer por esa foto.
Kim vive en Canadá desde hace casi tres décadas y no da entrevistas. Es Ut el que hace las veces de su portavoz.
“Podemos mejorar el aspecto de las cicatrices y también su movilidad”, asegura la doctora Jill Waibel, directora del Miami Dermatology and Laser Institute, un centro médico especializado en tratamientos de láser y dermatología.
Y agrega que “Sus cicatrices son moderadas, pero le provocan problemas y le duelen”. El tratamiento durará entre seis y nueves medes, dependiendo de la evolución.

UN SÍMBOLO
“Kim es una mujer increíble que ha ayudado a mucha gente”, dice la doctora Waibel, quien no cobrará un solo cinco por el tratamiento. “Es un símbolo viviente de la guerra y de los niños inocentes que resultan heridos durante las guerras y tiene una gran importancia histórica”.
Ut, de 64 años, por su parte, cuenta: “Mantuve contacto con Kim durante todo este tiempo. Soy su amigo y casi me considero como un hermano mayor. Viajamos por el mundo hablando de las atrocidades de la guerra”.
“Pensábamos que no había nadie vivo después de la explosión, pero luego vi que mucha gente salía corriendo del humo. Tomé algunas fotografías, incluyendo la de Kim . Sus quemaduras eran terribles… Fue doloroso ver morir a varios niños. Son imágenes que no se pueden olvidar”, relata Ut.
