Aunque por culpa del CHAPO Guzmán han muerto miles de personas, José Luis González, abogado del mero mero del Cartel de Sinaloa, lo retrata casi como un manso cordero.
“No tiene acceso a su familia, no tiene acceso a sus abogados, está incomunicado las 24 horas… Es vigilado para comer, para dormir. No creo que si hubieran atrapado a Adolfo Hitler, lo tratarían así”, dice González.
González mostró a los medios de comunicación una bolsa que pretendían entregarle a quien fuera el narco más buscado del mundo.
Allí había: pantuflas de piel de borrego, varios calzoncillos en tonos azules, unos pantalones de color caqui, otros claros y otros de deporte oscuros, toallas blancas y varias bufandas, una de ellas con llamas andinas.
“Mi representado tiene derechos en ese sentido -agregó-; sin embargo, han sido algo exagerados en cuanto a las reglas establecidas dentro del penal. Le están negando el derecho a ver a un abogado, a una persona de confianza…”.
Otro de los abogados del CHAPO, Juan Pablo Badillo, dijo que es un “flagrante abuso de autoridad” que no se le permita ver a sus defensores en la cárcel de máxima seguridad.
¡Pos guey, ni que las autoridades fuesen tan “papas”, majes, mensas, dundas!
Es la misma cárcel de la que se escapó hace seis meses, así que los chepos mejor están chivas, porque ya sería el colmo si se les escapa por tercera vez.
“Prácticamente tienen secuestrado a mi cliente”, dijo el abogado.
“No puede hablar con sus abogados, porque el reglamento del centro penitenciario no lo permite, lo cual es una tontería”, dijo.
Badillo, además, negó que Guzmán Loera le revelara al actor Sean Penn que distribuye “más heroína, metanfetaminas y cocaína que nadie en el mundo”.
Y advirtió que “Sean Penn deberá comprobar estas supuestas declaraciones, es una barbarie, una mentira, algo que ha sido prefabricado. Joaquín Guzmán Loera es un hombre “sumamente inteligente y prudente como para hacer ese tipo de declaraciones.
Un cepillo dental cada seis meses
Mientras tanto, las autoridades mexicanas revelaron que EL CHAPO recibirá mensualmente un “paquete básico” que incluye: un rollo de papel sanitario, un jabón de tocador, un kilo de detergente en polvo, una pasta dental y un rastrillo desechable.
“Y cada seis meses -dijeron-, el interno tendrá derecho a un cepillo dental casa seis meses y a una esponja para su aseo personal.