Mientras algunos se mueren por ganar el Óscar de la Academia, otros se dieron el lujo de no aceptarlo. Posiblemente, el más recordado es el grandísimo Marlon Brando, quien fue premiado por su PAPELAZO como Vito Corleone en El Padrino en 1973.
En su lugar subió Sacheen Littlefeather (Pequeña Pluma), una muchacha de origen nativo y activista por los derechos de su pueblo.
“Con mucho pesar vengo a decirles que Marlon Brando no puede aceptar este generoso premio y esto se debe al trato que le da la industria cinematográfica y la televisión a los indios americanos y también por lo ocurrido recientemente en Wounded Knee”, dijo Pequeña Pluma.
La masacre de Wounden Knee había ocurrido unas semanas antes de la premiación.
En esa edición del Óscar, Brando estaba nominado en la categoría de mejor actor junto a otros pesos pesados: Michael Caine, Peter O´Toole, Laurence Olivier y Paul Winfield.
“Cuando fui nominado por El Padrino, me pareció absurdo ir a la ceremonia. Resultaba grotesco festejar a una industria que había difamado y desfigurado sistemáticamente a los indios norteamericanos a lo largo de seis décadas, mientras en aquel momento doscientos indios se hallaban sitiados en Wounded Knee”, diría Brando más tarde.
LAS MASACRES DE WOUNDED KNEE
Comenzó el 27 de febrero de 1973 cuando el Movimiento Indio Americano tomó Wounded Knee para exigir al gobierno de Estados Unidos que revisara los 371 tratados acordados en el pasado con tribus indias.
Agentes Federales fueron enviados al lugar y durante los tiroteos murieron asesinados dos indios. El sitio acabó 70 días después, cuando prometieron a los indios que estudiarían sus quejas. La promesa quedó en el olvido.
El 29 de diciembre de 1890, en Wounded Knee, una comunidad localizada en Dakota del Sur, fueron asesinados 300 indios sioux por el séptimo regimiento de caballería.