Tarde o temprano, el Chapo terminará pidiendo cacao. El estrés al que está sometido es demasiado, incluso para un hombre dudo como él.
José Refugio Rodríguez, abogado del capo, ha dicho que el líder del Cartel de Sinaloa “Estaría dispuesto a declararse culpable en Estados Unidos a cambio de negociar una pena relativamente razonable y de que sea recluido en una cárcel de mediana seguridad”.
California y Texas han pedido la extradición del Chapo por delitos de narcotráfico y homicidio.
Según las denuncias del propio Rodríguez, y de Emma Coronel, la esposa del narcotraficante, al Chapo solo lo despiertan cada dos horas pues lo mueve de cárcel a cada rato, y de paso no puede recibir visitas.
“Su familia teme por su salud y su vida”, dice el abogado.
Mientras tanto, las autoridades mexicanas reforzaron las medidas de seguridad de la cárcel. Hoy, un guardia permanece permanentemente en la puerta de barrotes del calabozo donde tienen al Chapo.
