Como todo el mundo sabe, hoy es 29 de febrero de 2016, sin embargo, podría ser el 15 de julio de 2017, eso sí, para llegar a esa fecha, tendríamos que iniciar el conteo de los días sobrantes desde que Julio César introdujo el año bisiesto hace ya 2062 años puesto que al día de hoy, tendríamos que sumarle 533 días puesto que el año no dura exactamente 365 días, sino que traslación de la Tierra alrededor del Sol dura 365 días, cinco horas, 48 minutos y 45 segundos, por lo cual, cada cuatro años se produce un desfase de 23 horas, 15 minutos y dos segundos y para no crear un desorden en cuanto a la llegada de las estaciones, cada cuatro años se agrega un día al mes de febrero para mantener el equilibrio en cuanto a las fechas.
El problema en cuanto a las fechas, inició debido a que el calendario romano únicamente contaba con diez meses y había 60 días que no tenían un mes asignado durante el invierno, ante esa situación, Julio César encargó a Sosígenes de Alejandría, un sistema de distribución del tiempo que fuera más preciso para que las estaciones del año siempre se dieran en los mismos meses.
Tras encontrar la primera solución, se encontró un nuevo problema y es que la Tierra demoraba un poco más de 365 días para completar una vuelta alrededor del Sol y por eso se determinó agregar ese día extra al mes de febrero para constituir un año bisiesto cada cuatro años.
Para compensar los desfases acumulados, el año 46 antes de Cristo fue el año más largo de la historia ya que constó de 445 días y se le llamó “año juliano” o “año de la confusión”.
La solución final a ese inconveniente se dio cuando el Papa Gregorio XII, con la asesoría del astrónomo jesuita Christopher Clavius, promulgó la bula Inter Gravissimas según la cual, tras el jueves 4 de octubre de 1582, debía seguir el viernes 15 de octubre del mismo año, pasando así del calendario Juliano al calendario Gregoriano.
Algo importante con relación a ese día extra que se acumula cada cuatro años, es el hecho de que si nos vamos al concepto estricto de tiempo, nos encontramos con que aunque parezca que entre el año 556 y el 2016 han transcurrido 1460 años, en realidad han pasado 1461 puesto que si cada cuatro años se agrega un día, en 1460 años deben sumarse 365 días, por lo tanto, a los 1460 años teóricos, debe añadirse ese año adicional.
Ahora bien, no todos los años divisibles por cuatro son bisiestos, salvo que sean finiseculares, los últimos de cada siglo, en cuyo caso, también deben ser divisibles por 400 y esa restricción elimina como bisiestos a tres de cada cuatro años finiseculares cada 400 años, con eso nos encontramos con que el año 2100 no constará de 366 días, sino de 365.
El problema ahora se da con las personas nacidas el 29 de febrero, las cuales únicamente pueden celebrar su cumpleaños en la fecha exacta cada cuatro años y el resto del tiempo deben festejar ya sea en 28 de febrero o en 1 de marzo y se calcula que en el mundo existen aproximadamente 4, 800,000 personas en esa situación.
En cuanto a las personas conocidas como “leapers”, destaca el caso de James Wilson, quien nació el 29 de febrero de 1812 y murió en ese mismo día del calendario pero en 1880. También se debe conocer que los únicos trillizos bisiestos del mundo viven en Valencia, España y que el pueblo de Anthony, en Texas es la capital mundial del año bisiesto.