Decidimos cambiar de locación para esta entrevista y nos fuimos para “Los Barberos” en Paseo Próceres. El cabello de un futbolista es su talón de Aquiles, hasta podríamos decir que su vanidad.
En lo personal, jamás pensé que un corte de pelo (de hombre) tardaría más de 40 minutos, pero hay que resaltar que fuimos muy bien atendidos por todo el staff de “Los Barberos”.
Este sábado se juega el partido Victoria vs. Motagua en mi bello puerto de La Ceiba. Los Jaibos están sumergidos en el sótano del descenso con 22 puntos y Motagua quiere seguir escalando en la tabla. Varios ex-Victorias militan actualmente en el conjunto azul profundo: Wilmer Crisanto, Erick Andino, Felix Crisanto y Héctor Enrique Castellanos.
Si bien es cierto no le hemos visto continuidad en el equipo que dirige Diego Vásquez, pero anteriormente se había consolidado como titular indiscutible en el Victoria que dirigía Jorge Ernesto Pineda.
Conversamos con el canterano jaibo mientras le cortaban el pelo y esto fue lo que nos contó..
¡COMENCEMOS!
Te tengo que preguntar; ¿Cómo te enamoraste del fútbol?
Jugando en la calle de mi barrio con mis primos y amigos. Buscábamos la calle que tuviera menos piedras porque jugábamos descalzos y de ahí entré al equipo de fútbol de la escuela. Entrené en la infantil y juvenil de Olimpia en Tela con don Manuel de Jesús, más conocido por “Wasco”.
Él sacó a jugadores como Wilmer Velásquez, los hermanos Espinoza, Mario Berrios, Christian Santamaría y otros más. Luego, en una recogida del profe Juan Castillo me fui a jugar contra las reservas de Victoria, que en ese entonces lo dirigía el hermano de Jorge Pineda y a le gustó cómo jugaba junto a Pablo Álvarez, portero actual de Victoria e hicimos las pruebas para quedarnos. Le estoy agradecido porque el fue el primero que creyó en mi y me sacó del pueblo.
Comenzaste en Olimpia. ¿Tenés más sentimiento por el albo o por Victoria?
Por Victoria. Nunca lo he ocultado, le agarré amor al equipo. Estuve 7 años ahí, vengo desde las inferiores. Eso sí, me subieron rápido a primera. Jugué un año en reservas y me subieron a primera división. Ese año, Victoria peleaba descenso también, pero en aquel entonces habían muchos jugadores de renombre y estaba Héctor Vargas como entrenador. Yo era el único cipote ahí, apenas tenía 18 años, pero sólo me llevaron en lista en 2 partidos ese torneo. Para el siguiente torneo si jugué con regularidad.
¿Qué recordás de tu primer partido?
Fue uno contra Motagua en Olanchito. Amado Guevara todavía jugaba. En ese entonces se habían ido los de renombre, algo así como lo que sucedió al inicio de esta temporada. Yo no sabía que iba como titular y cuando veo mi nombre en el 11 titular en la pizarra me hice para atrás ja, ja, ja.
Vargas me quedó viendo y me preguntó; “¿Qué te pasa? y yo le dije; “No, nada. Es que no sabía que estaba jugando.”
“Yo no quería que jugaras el partido en tu cabeza desde ayer y capaz no ibas a dormir” me dijo y eso me quedó grabado siempre.
Debutando y marcando nada más y nada menos que a Amado Guevara ja, ja, ja. Yo sólo lo miraba por tele ja, ja, ja y yo full respeto por todo lo que representa. Estaba muy emocionado por jugar contra él, es uno de mi ídolos. Yo sabía que la misión era complicada pero gracias a Dios me destaqué.
¿Se te fue Amado alguna vez?
No, ja, ja, ja. Lo tuve que tener bastante cerquita porque si se me iba… jeee!
¿Te le barriste al estilo Caste?
Ja, ja, ja, no. ¡A un compañero de él si! Ese partido lo ganamos de ese balón que recuperé. De ahí en adelante el profe Vargas me dio continuidad.
¿Así fue como te convertiste en capitán?
Sí, bastante joven. Difícil porque había mucho jugador de renombre como Ashton Bodden que en Victoria se respeta mucho, Wilmer Crisanto, José Velásquez Colón, Felix Crisanto, pero el profe Vargas me dio la confianza para la capitanía.
El día en que Vargas me puso como capitán íbamos a jugar ante Olimpia. Antes de entrar a la cancha, “Kubalita” el utilero, se acercó a mí para ponerme el gafete. Cuando me lo quiso poner en el brazo yo le dije que me dejara de molestar ja, ja, ja. Quedé viendo a Vargas y me dijo: “¿Y qué? ¿Estás cagado?” Ja, ja, ja.
¿Es muy difícil ser capitán en un equipo como Victoria?
A mí me ayudó el hecho de ser canterano. Los directivos me conocían desde pequeño y me tenían mucho aprecio. Me llevaba con casi todos los compañeros, con algunos no y eso me facilitaba a la hora de negociar salarios, premios o hacer solicitudes. En ese entonces habían directivos que de verdad querían al equipo e invertían en el.
¿Cómo fue la relación con el profe Vargas?
Sí, claro. Ja, ja, ja. Los técnicos son muy importantes porque son los que lo forman a uno como jugador. Todos me enseñaron muchas cosas en mi proceso de reservas. Llegando a primera, es muy diferente. Yo llegué con muchos defectos, futbolísticamente hablando y el profe Vargas me ayudó a moldear mi carácter. Prácticamente el me formó en primera división. Desde el carácter hasta como pegar una patada porque el también jugaba como contención. El me dio esa confianza y yo la aproveché.
¿De niño eras peleón como ahora o eras tranquilo?
Ja, ja, ja. Era terrible. Tengo que admitirlo. He mejorado bastante porque han trabajado mucho conmigo ja, ja, ja. Ese ha sido mi problema desde que empecé en el fútbol. Mi carácter siempre ha sido un problema.
¿Cómo se da el contacto para venirte a Motagua?
Motagua primero buscó a Erick (Andino), él la estaba rompiendo en Victoria. Luego de dio lo de Félix y por último lo mío. En mis vacaciones estaba analizando propuestas de otros equipos y me llamó Nimrod Medina, que por cierto fue compañero mío en Victoria antes de que se retirara y el me comentó que habían visto mi evolución futbolística y platicamos. Luego me llamó Diego Vásquez, viajé a Tegucigalpa para unirme a la pretemporada y probarme. Luego terminamos arreglando.
¿Por cuánto tiempo firmaste?
Un año.
¿Vas a renovar?
Aún no nos hablan nada de eso en el equipo.
¿Fue difícil adaptarte a Tegus?
Al principio sí porque no salgo.
¿Te gusta Tegus?
Me he adaptado ja, ja, ja. Tenía varios compañeros aquí de Victoria y eso lo hace más fácil. Aparte que en el equipo somos muy unidos y eso lo mejor.
¿Te imaginaste al Victoria en estas instancias y enfrentarte ante ellos?
Antes de venirme peleamos descenso pero había un buen plantel dirigido por Jorge Pineda. Habíamos varios con mucho amor a la camiseta y la sudábamos. En este torneo, ellos comenzaron 4 puntos arriba de Real España. Hubo cambio de técnico, se fueron muchos jugadores, quisieron salir adelante sólo con reservistas y uno que otro jugador de peso. Sinceramente nunca me imaginé ver al Victoria en la situación en la que está.
¿Qué creés que esté pasando con Victoria?
Hay una parte de la afición que es fiel, siempre están con el equipo. Lamentablemente la gente de Victoria dejó de ir al estadio hace unos 6 o 7 años. El equipo ha quedado sólo en ese aspecto. Es un reclamo que siempre se les hizo. Los únicos partidos que se medio llenaban eran los de semifinales y de Concacaf Liga Campeones o los clásicos pero sólo porque el equipo andaba bien.
También hay muchas cosas que los jugadores que hemos estado ahí sabemos. Algunos directivos son medio complicados, hay muchas injusticias dentro del equipo. La mayoría de jugadores que han salido de Victoria han salido resentidos con algunos directivos y le podes preguntar a quien sea. Cuando se nos acababa el contrato, buscábamos volar porque sabíamos a lo que nos metíamos si continuábamos en el equipo.
¿Qué significa para vos enfrentarte a tu ex equipo en esta situación?
Es muy difícil porque ahí me formaron y me hicieron profesional en esto. Ahora tengo que darle con todo si me toca jugar. Hoy por hoy me debo a Motagua y debo rendir para poder seguir en el club.
¿Fue esa parte de la razón de tu salida?
Por mucho amor que le tenga al equipo, debo buscar lo mejor para mi y mi familia. En mi caso hubo gente que me trató muy bien desde reservas y siempre voy a estar agradecido con ellos, pero en primera división todo cambió. Había muchas injusticias. Jugadores que se partían el pecho en la cancha, que venían de las reservas y en los sueldos eran los que menos ganaban. Eso no es justo. Algunos directivos no creían en los canteranos y por eso los miraban de menos.
Si no estuvieras jugando en este momento; ¿Qué estuvieras haciendo?
¡Uuuy! Pues para el estudio soy piedrita ja, ja, ja. No sé, creo que sería ayudante de albañil o me hubiera ido mojado a los Estados Unidos
¿Esa es la realidad del futbolista hondureño?
Sí. La mayoría de futbolistas salimos de barrios con ambientes complicados. Habían muchas pandillas cuando yo crecí y me tocó compartir con ellos. Inclusive jugar pelota, pero gracias al fútbol y mi familia que siempre han estado ahí estoy en donde estoy.
¿Ese ambiente formó tu carácter aguerrido dentro de la cancha?
Pueda ser que sí. Pasaba mucho tiempo en la calle donde habían muchas peleas sin motivo o con motivo pero era bastante fuerte. Esa es la realidad que se vive en nuestro país y nos hace ser violentos.
¿Religión?
Digamos que asisto a la iglesia, ja, ja, ja. No le voy a decir que soy cristiano porque no lo soy pero si asisto. Algo que nadie sabe es que en las concentraciones de Motagua fuera de casa, después de la cena tenemos nuestra reunión. Hay jugadores como Irving Reyna, Marlón Licona, Reiniery Mayorquín y Omar Elvir que están muy metidos en las cosas de Dios. Otros como el “Pato” y Lucas y otros más asisten así como yo. Ellos me pasan invitando y me llevan.
Cuándo no hablás de fútbol o estás jugando; ¿Qué haces?
Paso encerrado en el apartamento. Casi no conozco Tegus la verdad.
¿Otro deporte?
Antes me gustaba el fútbol playa porque lo practicaba. De ahí sólo fútbol, es mi matazón ja, ja, ja.
¿Equipo a nivel internacional?
Real Madrid.
¿Jugador a nivel nacional e internacional al que admiras?
Aquí siempre admiré por su temple, liderazgo y calidad a Amado Guevara. Era un jugador que marcaba la diferencia. A nivel internacional a Genaro Gatusso.
¿Por qué te clavaron “la perra”?
Desde las inferiores en Tela y se corrió la voz hasta La Ceiba. Fue durante un entrenamiento que alguien dijo que yo mordía de manera exagerada, que era agresivo y que parecía una perra. A partir de ese momento no me lo pude quitar. Ja, ja, ja. En La Ceiba me llaman primero “perra” y luego Castellanos, ahora ya me acostumbré.
¿La entrada más fuerte que has tenido?
Recién ante Marathon. Walter Martínez sabe como soy yo y en una jugada dividida el iba con mala intención y yo no me toco el corazón y lo golpeé. Esa jugada pudo ser roja.
¿Algún encontronazo?
Tuve varios en los clásicos ceibeños. Siempre había pleito conmigo. Tuve con Arnold, Rubilio y uno de los Marcelos de Vida.
¿Cómo va el corte?
Va bastante bien, de acuerdo a mi estilo.
¿Sos vanidoso?
Ja, ja, ja no. Tal vez con mi pelo, me lo corto cada viernes. Antes de cada partido. Oler bien, pero mi vicio son los tacos. Cuando estaba en las inferiores no podía comprar y tenía un tío que me los mandaba de los EE.UU, yo les podía doble costura para que duraran.
¿A qué aspira Héctor Castellanos?
Ser titular inamovible en Motagua y consolidarme así como lo hice en Victoria. Obviamente no me cierro a otras opciones. Terminando el torneo se me termina el contrato y a pesar del cariño que le haya tomado primero pienso en mi familia. Espero llegar a la Selección Nacional y jugar en el extranjero.
¿Le gana Honduras a El Salvador la llave?
Si, hay buenos jugadores y espero que les vaya bien.
¿El 12.5%?
Creo que está bien que paguemos impuestos pero es muy alto para los jugadores que apenas reciben 7 meses de sueldo anuales.
