Jairo Cruz y el barquito que navega dentro de una botella

Fotos: SERGIO MONTERO

Nos estacionamos frente al mirador del Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino. Lo primero que dije fue “Me perdí con la dirección”.

No encontraba ninguna casa, pero de repente veo por el retrovisor a un señor con una calzoneta azul oscuro, camisa a cuadros, zapatos estallados y un sombrero azul, venía caminando hacía mi.

Se me acerca y me dice “La estaba esperando”.

Me bajo a saludarlo y me dice “Estacione al frente de los tubos para que digan que es donde mí que andan”.

Le hice caso a don Jairo Cruz, bajamos a su casa por gradas que son llantas incrustadas en falso en tierra (él bajo con una habilidad increíble, a mí me costó un poquito más).

Su casa son pedazos de tablas mal puestos y sus puertas latas viejas, pero en la entrada hay un trozo de madera de soporte y varios trozos encima. Hay una segueta remendada a más no poder.

Estas son sus herramientas para ganarse el pan de cada día.

Muy emocionado, porque tiene esperanzas que con este reportaje las empresas lo ayuden, nos dice: Les voy a enseñar unas reliquias, se mete a su “cuarto” y saca dos carros -una grúa y un camión-, y dice con una sonrisa sarcástica que “No son Tonkas, pero sí son hondureños”.

Esos carros se  los regaló a su hijo mayor cuando era un niño, los juguetes están hechos de madera con todos los detalles habidos y por haber, desde ahí se puede notar su don para trabajar la madera.

JAIRO CRUZ_RADIOHOUSE (31) (1)

Después nos enseñó su verdadera vocación, un arte al que se ha dedicado por más de 23 años: fabricar barcos dentro de una botella que luego vende en el bulevar Juan Pablo.

Es de esta manera que ha sacado adelante a su familia y ha convertido en profesionales a sus dos hijos. “Dios no me desampara porque no ando haciendo el mal, yo me ganó la vida honradamente”, dice.

MATERIALES:

Los materiales son una botella, un pedazo o trozo de madera, hilos y pinturas,  segueta, agujas de vara.

Si hace cuentas, esto le sale como en unos 200 lempiras. La cuestión es ¿Cuánto se tarda Jairo en hacer cada obra de arte?

Cada barco lleva alrededor de tres horas por mínimo y como dice él “metiéndole candela, mama”, y esto agréguele usted usando buenos materiales y herramientas.

El proceso es el siguiente lavar muy bien la botella, esperar que se seque bien, luego introducir un trocito de madera (la base) esto es con medida de acuerdo cuan grande sea la botella, y de ahí empieza lo bueno, enhebrar la aguja con los hilos de diferentes colores según el modelo empieza darle forma a los barco, aveces introduce pedazos de papel, luego los pone a secar al aire libre o en un fogón depende el apuro.

¿Recuerda que más arriba yo le dije que lo que tenía era un “pedazo de segueta”? Pues la aguja de vara ni hablar , ya no le cabe un remiendo más, esto pone más dificultad al trabajo y hace que se tarde hasta 5 horas.

Así que por presupuesto y por tiempo, solo puede hacer dos barcos por día.

Cuando nosotros llegamos corrimos con la fortuna que ya tenía un barco a medio terminar así que mientras nos contaba la historia de su vida él trabajaba para terminarlo e irlo a vender.

JAIRO CRUZ_RADIOHOUSE (23)

Don Jairo quedó huérfano a los 11 años y se crio en un orfanatorio. Fue ahí donde aprendió a trabajar la madera haciendo todo tipo de cosas con ella joyeros, roperos, comedores lapiceros, nombres para colocarlos en la puerta en fin, pero fue hasta que estaba adulto cuando conoció a un colombiano que le enseñó la técnica de los barcos dentro de una botella, y empezó a ganar unos “centavos” para mantener a su familia.

Todos se preguntarán a cuánto vende esta obra de arte. Cuando le pregunté se empezó a reír y me dijo: “Ay, mi amor, si mi vida es como el Titanic, hago barcos y la emoción solo me dura un ratito”.

La gente es bien desconsiderada -agrega-, este trabajo lleva tiempo, no es “comida de trompudos”.

Calcula que con todo los materiales que uso y el tiempo que me tardo en hacer cada uno, por lo menos los debo de vender a 300 lempiras.  ¿Sabe cuánto me da la gente? 40 a 50 lempiras… por mucho.

“Cómo me gustaría que el gobierno o alguien que tenga voluntad me ayude a comprar más material para volver hacer muebles, joyeros y cositas y mis barquitos. Así por lo menos podría vender 150 lempiras diarios”

JAIRO CALIX_RADIOHOUSE (3)

Entre tanta platica se fue el tiempo volando y su barco ya estaba listo. Cuando le dije “Vamos pues”, me dijo: “Espérese, tita, que me voy a ir echar agua para que me vean aseadito”. Y  lo fuimos a dejar al mismo lugar donde se le ve sudar y correr con la misma suerte que el TITANIC en el Bulevar Juan Pablo.