Fotos: SERGIO MONTERO
-¿Aló? Hola, Karla estoy en el aula 101 del edificio D1.
-Ya llegó doña Patty.
Entro y todo el salón estaba cantando “Happy” de Pharell Williams.
Empiezo a buscar al gran Alexis Rosales y lo miro muy emocionado en primera fila cantando con tanto entusiasmo que era sorprendente. Era el más alegre del aula.
¿Pero… quién es Alexis?
Alexis es un joven de 21 años, estudia la carrera de Lenguas Extranjeras en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), se encuentra en el cuadro de honor, es un estudiante becado, un guerreo empedernido por salir adelante, ya que desde los cinco años le diagnosticaron distrofia muscular, una enfermedad degenerativa que poco a poco va endureciendo los músculos.
Después de terminar de cantar “Happy”, la profesora se levantó a felicitarlo por su entusiasmo. A pesar de su dificultad para hablar, Alexis es uno de los que mejor pronunciación del inglés tiene.
Nos acercamos y lo saludé a él y a doña Patty, su mamá. Ella siempre lo acompaña a sus clases para ayudarle a copiar el contenido de cada asignatura.
En una mano carga los cuadernos de Alexis y con la otra moviliza la silla de rueda donde se transporta su vida entera, como llama a ella a su hijo menor.
Mientras nos dirigíamos a otro edificio, Alexis interrumpe la plática diciendo “¿Sabés cuántos likes llevo en la foto que subieron en radiohouse.hn? ¡900! Ja, Ja, Ja…”.
Yo pensé que el comentario era para mí, pero cuando volteo me entero que venimos rodeados de un montón de cipotes, todos amigos del gran Alexis.
¡Este cipote sí que tiene pueblo!
Después de tanto reírnos por ese comentario con el que estaba “alucinando” a sus amigos por lo famoso que se había convertido, empezamos a platicar.
Lo primero que le pregunté fue que cómo es un día con él, cuál es su rutina y me sorprendió lo que me dijo: “Me levanto súper temprano a estudiar porque llevo cinco clases”.
¿Queeeeeeé? ¿Cinco clases?
Todos los que estudiaron en la Universidad saben lo “matado “que es hacer esto. Alexis es un verdadero luchador porque todas sus clases las pasa arriba de 90.
Él dice que su éxito se lo debe a su mamá y a toda su familia que lo han apoyado desde siempre. “Mi mamá ha sido todo para mí”, dice.
Desde que le diagnosticaron la enfermedad ha sido duro para Alexis ya que nos cuenta que ha tenido que enfrentarse con jóvenes de su edad que tal vez ni saben cómo tratarlo o maestros se muestran nerviosos al saber que tiene un alumno con capacidades especiales.
Pero al mismo tiempo agradece a los ángeles que Dios le ha puesto en el camino. Estos son los amigos a los que ve como parte de la familia. Incluso los considera sus hermanos. Sobre su mamá dice que “Es lo mejor que Dios e pudo regalar”.
Alexandro, su mejor amigo, dice que “Alexis, sin duda ha sido un ángel en nuestras vidas, él fue que me motivó a sacar buenas notas, para ganarme una beca”
Cuando le pregunté cuál era su mayor sueño, Alexis señala: “El único sueño que tengo es poder caminar el día de mi graduación”.
Él es un campeón que se ha aferrado a la vida, pues cuando le diagnosticaron esta enfermedad le dijeron que lo más que vivirían serían seis años de vida.
Nos despedimos de él y de su mamá. Cuando ya iba alejándome me dice: “Me mandás las fotos para ver cuántos like alcanzo”.