Después de estar bajo un clima caliente y desesperante, se dejó venir “la doña de la Horchata” con todos los poderes y puso a nadar a los capitalinos en el bulevar Juan Pablo II.
Después de un poco tiempo de lluvia, el bule se convirtió en una laguna de agua de color café, pareciendo un enorme charco de leche con chocolate. Era como si el río Chiquito” se hubiera trasladado al Juan Pablo.
¡Go! ¡Go! Gadget lancha, ¡Go! ¡Go! Gadget Titanic, nada de eso funciona en las peligrosas mareas del bulevar que dejaron al descubierto la vulnerabilidad de nuestra ciudad con solo uno minutos de agua.
¿Ya estás listo para la temporada lluviosa? Agarrate porque la doña de la horchata nos puede caer en cualquier momento.
Así que si vos andás en la calle tenés dos opciones: o te comprás un buen paraguas o caminás con un traje de baño sexy para lanzarse a las mareas del río.