Consejos a parejas catrachas que se agarran de las greñas…

Hay parejas que se aman, pero se pasan dando en la madre a cada rato. Mujeres a las que les gusta hacer el show y hombres que son pan sin sal y no tienen gracia para nada.

Sin embargo, allí la van llevando, poco a poco.

Hay algunos hábitos que, no obstante, sí llevan a una relación hacia el barranco. Leé estos siete tips y analizá si vos sos cometés algunas de estas cosas.

Y si lo hacés… ¡Ya dejar de estar jodiendo a tu pareja y sé feliz!

1. LES ENCANTA ESTIRAR LA TROMPA

Te has fijado que hay personas que creen que la otra mitad es como un chuchito faldero que debe mover la cola y complacerte en todo lo que quiere.

Y solo es que diga que NO, y se arma el macaneo, empieza a gritar, a hacer berrinche…

 

-Mi amor, vamos al mall a ver unos zapatos.

-¿Cuánto cuestan?

-Baratos, cuatro mil lempiras…

-¿Qué, cuatro mil varas? Nambe, estás loca, vo… Mucho pisto.

 

Y allí se arranca ella a chillar.

 

Y en el caso del hombre…

 

-Mi vida, ¿vamos a casa de Ramón a ver Olimpia y Motagua?

-Baby, ya días no estamos juntitos… Prefiero quedarme en casa.

-Ves, es lo que te digo, vos a todo me decís que no, quiere huevos y bla, bla, bla…

 

CONSEJO: En toda relación hay momentos para decir sí… y decir NO.

carl
Compartir pequeños momentos le ayudan a la pareja a estar más unida.

2. QUE CAMBIE A HUEVOS

Al comienzo se dan paja. “No, mi amor, no me molesta que vos seás así”… Pero con el tiempo, se sacan los trapos al sol y se quejan de todo. Todo lo que hace el otro es motivo para arrecharse…

Antes te valía chancleta que dejara los zapatos por allí. ¡Ahora, ni quiera Dios, se arma el macaneo!

Si le gusta el fútbol es malo porque se va con los aleros. Y si se queda en casa, también es motivo de pleito.

Si ella solo sabe cocinar dos platillos, en lugar de disfrutarlo le sacás eso en cara.

Es común que luego hasta le hacés lista: “Mirá, no me gusta que vos esto y esto, y vos aquí, y vos allá, y me he fijado que hacés aquí, hacés allá, y si queremos que esto funciones tenés que cambiar y bla, bla, bla”.

 

CONSEJO: Ajá, ¿y es que vos te creés la última horchata de Darío Welcome? ¿Y vos no vas a cambiar? Aceptá a tu pareja como es, que vos tampoco sos perita en dulce. Ámense con sus virtudes y defectos, mijos.

 

3. TODO TE DA CAGAZUKIS

Si llega tarde, es que estuvo con otra persona. Si no te contesta que te ama, es que ya no le importás. Si se le olvidó algo es porque definitivamente no piensa en vos.

Y luego llegan las manipulaciones: “Es que si ya no me querés te juro que corto las venas”. En lugar de disfrutar, todo es motivo de angustia.

La paranoia es tal que poco le falta para tirarse del puente Mallol.

 

CONSEJO: Dejate de lloretas, que cuando alguien te quiere mandar a volar, lo hace y ya. Así que ya no estés viendo fantasmas donde no hay.

 

4. ¡PONETE LAS PILAS!

Hombre, pero ni en La Cenicienta todo es un cuento de hadas. Siempre habrá agarres en las relaciones, malos entendidos, metidas de pata, quejas, arrechuras… ¿Vale la pena llorar sobre ellas? No, papa, al mal tiempo buena cara, y aún estás enamorado o amás, mirá qué cosas nuevas podés hacer para mantener eso que los cursis conocen como la llama del amor.

Si a tu chavo o a tu chava el gusta salir, entonces poné ese morro a pensar y hacé cosas que lo motiven a quedarse. Con tal que no le pongás a Eduardo Maldonado, todo lo demás se vale, ja, ja, ja.

 

CONSEJO: Es el momento de ser creativos, de hacer cosas nuevas y hacer a un lado la rutina aburrida.

 

mafalda
Al final, se trata de ser medio niños. Cuando nos ponemos adultos nos paseamos en todo.

5. TAMPOCO SOS MÁQUINA

Es bueno esforzarse para ser cada día mejores, pero tampoco es que este proceso se debe convertir en un sufrimiento. ¡No seás jetón! Primero: tené que confianza que te acepta como sos y que solo ocupás unos retoques.

Lo otro: no exagerés ni te tirés a matar para convertirte en la pareja ideal.

 

CONSEJO: Salvo que seás la Mujer Maravilla, Superman, Therminator o el Chapulín Colorado, no tenés super poderes. Así que poné los pies sobre la tierra y disfrutá. ¡¡¡¡Disculpá, pero no seás gil!!!!!!!!!

 

6. ¡ES QUE NUNCA ME ENTIENDE!

¿Y es que hablás en marciano, o qué ondas puej? Una de las cosas que más daña a las parejas es ese rollo de “Ay, es que para qué le digo si fijo no me va a entender”.

Debés interesarte por sus cosas, qué lee (espero que no sea burro el otro), cuál es su jugador favorito, si le gusta La Champions, a qué le teme, sus sueños, etcéteraaaaaa…

 

CONSEJO: Platiquen, hablen galón, ríanse… No tienen que ponerse todos socados o hablar como Aristóteles o Platón para tener pláticas bonitas que les ayuden a que la relación agarre cañana.

 

7. ES QUE ESTE HIJO DE #$%&”(/&%!!!!!!!!

Por la mañana, pleito. Por la tarde, pleito. Por la noche, pleito. Todo es pleito. Por las cosas más insignificantes están dale que dale, que vos me dijiste, la tuya, la mía, me sacaste la lengua, que ya no aguanto a tu nana, que vos te creés Cristiano Ronaldo…

¡¡¡Uta, mano!!!

Estas parejas llevan una relación de amor-odio y pleitos-reconciliación que se convierte en un hábito y cuando menos acuerda… ¡¡¡Bammmmm!!! La cosa estalla.

 

CONSEJO: ¡No sean papos! ¡Qué más les puedo decir?