La vanidad y las ganas de lograr primeros lugares seguramente acabarán con la vida de Rich Piana, un fisiculturista que acepta que se inyecta esteroides anabólicos desde hace más de treinta años.
¡Y dice que no parará!
Los peligros de sufrir un infarto o de que su amiguito de abajo se le encoja y ya no se le levante ni con el Himno Nacional tampoco son cosas que le preocupan.
Rich comenzó a competir a los 15 años, y como no ganaba, decidió inyectarse.
Hoy, en su Instagram, dice que “Si podés elegir entre tomar esteroides o quedarte natural, quedate natural. No hay razón para tomarlos, solo herís tu cuerpo y a vos mismo. Pero si querés convertirte en culturista profesional, ¿sabés qué?, vas a tener que tomarlos, no vas a tener elección”.
Para mantenerse mamado, gasta 2 mil 500 dólares mensuales (más de cincuenta mil yucas al mes).
“Estoy muy orgulloso de mí mismo y no podría ser más feliz”, dice esta mole gringa de 45 años. Bueno…