La veterinaria Jian Zhicheng tuvo el difícil trabajo de ser directora del Xinwu Animal Protection and Education Centre en Taiwán. Parecía el lugar perfecto para laborar, pero había un deprimente problema: nadie adoptaba los perros que ella misma rescató de las calles.
La situación era tan grave para Zhicheng que en varias oportunidades se vio obligada a sacrificar algunos perros para ingresar a otros que requerían de mayor cuidado.
Para tratar de remediar el problema, la veterinaria acudió a un programa de TV para hablar de la importancia de la adopción de canes. Fue durante esa transmisión en la que reveló que sacrificó a 700 perros en dos años.
Los usuarios de las redes sociales la atacaron llamándola “asesina” y “carnicera”. El ataque virtual hizo que entrara en depresión y tomara la fatal decisión de suicidarse.
“La vida humana no es diferente de la vida de un perro. Moriré con los mismos medicamentos que se utilizan para poner a los perros a dormir en paz”, escribió en una nota.