En el cine salvadoreño se da el abuso sexual y psicológico

San Salvador, 28 de junio del 2016.

El arte y la cultura de nuestro país hermano se está viendo involucrado en un escándalo de acoso sexual y psicológico detrás de las salas de teatro, Así lo confirma una veintena de actrices. Algunas de ellas se reconocen como víctimas de estas acciones y otras afirman que conocen casos similares de colegas.

El domingo 26 de Junio de 2016 a la(s) 6:30, un reportaje de Valeria Guzmán y fotografías de Archivo.

“Hay experiencias que nunca han sido denunciadas en público, temas que se manejan dentro de círculos de confianza, pero que nunca se han puesto en una discusión real dentro del gremio”. La experiencia de Egly Larreynaga es una de esas.

“Me cuesta esa palabra, no me gusta… pero sí”, dice la artista para luego contar que uno de sus primeros directores de teatro, Fernando Umaña, abusó sexualmente de ella cuando era una veinteañera.

Egly narra que un día él la invitó a un festival de teatro en Nicaragua. En el camino, durmieron en Honduras en un mismo cuarto y camas separadas. No fue igual al llegar a su destino.

“Estábamos en una misma habitación de hotel él y yo porque yo no tenía dinero para pagar una, pero en Nicaragua la sorpresa fue que era un cuarto con una cama. Yo estaba acostada, él empezó a platicar y ahí fue que pasó. ‘No, no, no’, le decía yo. No tuve la fuerza de empujarlo y le decía que no”, relata.

Con cada “no’’ que cuenta, la actriz mira hacia abajo, forcejea de manera sutil con una presencia que no existe más que en su memoria y pone su mano derecha sobre el brazo izquierdo como quien impide que alguien se le acerque. Al frente de ella solo están la mesa con un cenicero y dos tazas de té. A pesar de lo que ahora denuncia, la artista describe a Umaña en el sentido profesional como un buen maestro.

“Nos inculcó mucho nuestro ser artista. Cuando fue esto, fue horrible, pero (solo) dije ‘ay, a este Fernando se le fue la mano’”, añade.

Después de que eso pasara, no volvieron a hablar del asunto por años. Larreynaga se mudó a España, donde vivió siete años. Y cuando volvió en 2012, el mismo director le propuso trabajar en una obra de teatro. Ella aceptó y solo hasta ahí, menciona, supo reconocer lo que le había pasado.

“Estando en el proceso de montaje una amiga me cuenta una situación similar. Cuando ella me estaba contando, yo dije ‘no, no es que se le fue la mano’”, explica.

La actriz relata que en su infancia sufrió abuso sexual por parte de personas cercanas. Por eso cree que le fue tan difícil identificar este abuso con su nombre real: una violación.

“Unos me decían que por qué no había denunciado antes y por qué había aceptado trabajar con él sabiendo lo que había pasado, y yo explicaba que mi primer abuso sexual fue a los tres años. Fernando intentó pedirme perdón y explicarme, pero yo ya no podía. Hice la obra y ya, poco a poco, sí me fui empoderando”, cuenta la intérprete con voz levemente agitada. “Lo que hiciste es muy grave”, le dice con voz severa a un interlocutor ausente.

Relató.