Caricaturas: ALLAN MCDONALD
Los hondureños estamos con los dedos cruzados esperando que el líquido negro que Felipe Reyes encontró este viernes en su casa en El Guayabo, El Progreso, Yoro, sea petróleo.
La creencia es que esto vendría a solucionar los problemas de pobreza que históricamente hemos padecido, y que nos convertiríamos en un oasis de lujos, como esos de Arabia Saudita.
¿Pero será eso así?
¿Vendría el petróleo a sacar a Honduras del subdesarrollo o serían unos cuantos “vivos” los que se enriquecerían como ocurrió en Venezuela y en Brasil?
Petrobras, una de las empresas más grande del mundo, tiene en la actualidad 90 mil millones de deuda. La historia es demasiado larga y llena de laberintos, pero se resume más o menos de la siguiente manera:
José Dirceu, jefe de gabinete del presidente Lula da Silva, y uno de sus hombres de confianza, saqué Petrobras y destinó partidas secretas multimillonarias para financiar a los partidos aliados del gobierno y a los candidatos de esos partidos en sus campañas electorales.
Lo primero que los hondureños han de pensar es “Igual al Seguro Social”.
Dirceu y sus secuaces se hicieron millonarios y pagaron sobornos y así, los contratos de construcción de oleoductos, refinerías, grandes desarrollos industriales relacionados con el petróleo, obras civiles de gran envergadura, suministros se hacían con las mayores empresas privadas del país, pero a cambio de truculentos sobornos y comisiones, que se repartían generosamente entre funcionarios de la petrolera y políticos relacionados con el funcionamiento de la misma -según explica un artículo de Tradición y Acción.
Unos 50 congresistas están señalados de estar involucrados en la recepción de sobornos, incluidos los presidentes del senado y la cámara de diputados. Y esto apenas es el inicio.
Petrobras produce casi dos millones de barriles de petróleo por día, maneja una red nacional de más de 7 mil estaciones de servicio, es dueña de toda la red de oleoductos de este inmenso país, y posee el monopolio de la industria petroquímica brasilera.
Eso hubiera sido suficiente para impactar en la vida de millones de familias brasileñas en la pobreza y en la miseria… y no fue así.
Otros países como Angola y Nigeria poseen altos índices de pobreza, y lo que esto conlleva, como desnutrición, analfabetismo, desempleo, falta de acceso a la salud, vivienda…
La mujer más rica de África -según la revista Forbes-, es Isabel dos Santos, hija del presidente de Angola. Ella, a sus 43 años, es la todopoderosa de la empresa estatal pretrolera.
Años de “largo trabajo y esfuerzo” han rendido sus frutos y ahora es millonaria…
El caso de Venezuela es más conocido por los hondureños, así que no entraremos en detalles.
Hay que cruzar los dedos para que en Honduras haya petróleo. Pero también hay que cruzarlos para que unos cuantos delincuentes disfrazados de políticos y empresarios no le caigan encima y hagan crecer sus cuentas millonarias a base de corrupción y sobornos.
Mientras a los pobres los que les crecen son las barrigas culichosas…