Amado el fracasado y los envidiosos

La miseria de espíritu de muchos hondureños es tal que ni siquiera en los momentos de alegría pueden dejar de destilar veneno.

Desgraciadamente, en las redes sociales no escriben solo los que son inteligentes y tienen algo que proponer, sino también los tontos y los malvados, los amargados y acomplejados.

Eso quedó reflejado cuando, apenas unos minutos después de ganarle a Canadá, los “haters” enfilaron sus dardos contra Amado Guevara, quien dirigió al equipo, y no Jorge Luis Pinto.

Los calificativos despectivos contra Amado fueron desde llamarlo “fracasado”, “cute de mier…”, “envidioso”, a “sal de la Selección” y “prepotente”.

Por eso estamos como estamos. Porque en nuestros corazones predominan la agresividad, el odio y la estupidez.

“Ese triunfo es solamente de PINTO, señores no le den el premio a quien no se lo merece”, escribió que ignora que Pinto estuvo en las graderías y que fue a Amado a quien le tocó dirigir a la H desde el área tecnico. ¿Eso no tiene ningún mérito? Claro que sí.

Otro dijo: “Paja, si Pinto es el que manda… Ese no es nada, es la sal de la Selección”. ¿Sal? ¿Y es que eso existe en los deportes?

He aquí un ejemplo que no solo se cae en el ataque, sino que en la superstición.

En lo que sí tienen razón es cuando señalan que para Amado apenas inicia lo que podría ser una carrera exitosa como DT, que aún está aprendiendo y que debe ir paso a paso.

Pero de allí, a negarle su papel en el triunfo ante Canadá es una muestra de que en Honduras al exitoso se le señala y se le denigra.

Porque si decimos que Amado Guevara es fracasado, pues entonces dediquémonos a formar a más “fracasados” como él.

¡Ojalá que en Honduras tuviéramos más “fracasados” como él.

Aquí lo llamamos así; en Estados Unidos es un ídolo, una leyenda, un tipo admirado.

La generalidad en las redes sociales (además de la abundancia de los errores de ortografía), es la burla, el señalamiento, los insultos, el chismorreo, pero muy pocas propuestas y críticas constructivas.

Así somos los hondureños y por los vientos que soplan nunca cambiaremos. Somos tan “originales”, que hasta alguien que debería ser AMADO por lo que le dio al país, es odiado.

Curioso, ¿no?

FOTO: DIARIO LA PRENSA