¿Necesita Honduras alcaldes como el del Guayabal, El Salvador?

En El Salvador, como en Honduras, hay mareros, extorsionadores y narcos hasta debajo de las piedras. La situación en ambos países es como dos gotas de agua.

Maleado por la situación, Mauricio Arturo Vilanova, quien es alcalde de un pueblito de 11 mil personas (San José Guayabal), decidió armarse hasta los dientes y patrullar las calles junto a la misma Policía.

Además de eso, impulsa un agresivo plan social para hacerle ver a la pipol que es mejor denunciar y no dejarse vencer por la canillera.

“Aquí no nos andamos con cosas. Tenemos registrados a todos los integrantes de las pandillas. Les hacemos una ficha con su nombre, su apodo, su edad y su dirección y luego vamos por ellos”, dice.

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Si el alcalde y su gente encuentran a alguien pintando símbolos de pandillas en las paredes, lo ponen quieto y lo obligan a borrarlo.

Habla el señor alcalde: “No tenemos miedo. Aunque se revuelvan y nos amenacen, los obligamos hasta que el muro esté limpio. El mal existe por la indiferencia de los buenos”.

“En El Guayabal no existe el ver, oír y callar que se da en el resto del país por el temor a las pandillas. Aquí el lema es YO VEO, YO DENUNCIO“, cuenta. “Los habitantes de El Guayaba no tienen miedo”.

“Ando armado, porque el día que me revienten los voy a reventar yo también a ellos”, responde el alcalde cuando le preguntan por su peculiar forma de poner orden.

¿Y acá en Honduras ocuparemos más personas como el alcalde de San José Guayabal?