El premio “Maestro del Año 2016” fue para Hugo Armando Pinto Mejía, un humilde docente que rema un cayuco de su casa a la escuela. Pero no viaja solo, pues también les da jalón a sus alumnos.
Hugo es originario de El Oro, en la Masica, Atlántida. Labora como docente desde el año 2005 en la Escuela Proheco Bill Gass #2 la cual el mismo se encargó de fundar.
Hoy a las 10 de la mañana, en Casa Presidencial, recibirá este merecido homenaje, pero antes habló con Radio House de su labor, de sus alumnos y de sus sueños.
¿Qué significa para usted este premio?
Es un gran honor. Para mí, ser maestro del año y obtener esta nominación es muy importante porque soy un docente entregado a mi labor. Lo hago por vocación y sobre todo, por mis niños.
Estos lugares son olvidados por ser una zona rural donde lo que más abunda es el agua y los zancudos. Pero me siento muy feliz de poder ayudar y ser útil a mi patria.
¿Dónde trabaja actualmente profe?
Desde julio del año pasado trabajo en la Escuela Francisco Vega Pérez en Boca Cerrada, La Masica. Debo hacer recalcar que soy maestro interino y que no tengo permanencia.
¿Cuánto es el recorrido desde su casa al trabajo?
Exactos, 25 kilómetros. Son veinte kilómetros en autobús y luego 5 kilómetros en cayuco, remando. Allí transporto a mis alumnos, en cayuco, el cual no es mío, nos lo prestó una fundación.
Razón por la cual me gustaría obtener ayuda para tener una lancha con motor, para trasladar a mis niños de una forma más rápida y sobre todo, segura.
¿A cuántos niños les da clase?
Son 18 alumnos de tercer grado.
¿Cuál es su meta como maestro?
Seguir brindando una educación de calidad donde mis niños se sienta seguros y en un ambiente agradable y que tengan un buen aprendizaje.
¿Quiere dejar un mensaje final?
Sí. La escuela es bi-docente y solo cuenta con una plaza. Los alumnos solo terminan sexto grado y se termina su educación porque sus estudios son truncados por la distancia al centro básico más cercano. Queda a unos 7 kilómetros.
Quiero aprovechar para decirles a mis compañeros que no importa el lugar donde laboremos, hay que hacerlo con amor y dedicación.
¡Muchas gracias maestro Pinto!
