Santa Barbara, Honduras. ¿Vos creés que se debe permitir que los cabecillas de grupos delictivos encerrados en EL POZO de Santa Bárbara puedan recibir la visita de sus familiares?
Después de esta pregunta, vamos al grano.
Una hora de sol. Sin derecho a hacer llamadas para ordenar extorsiones, asesinatos, secuestros y otros actos delictivos. Tres tiempos de comida modestos; nada de banquetes. Una hora del sol al día, y luego, el encierro en una celda de dos por dos metros.
¡Bien merecido!
Esa es la realidad de 37 reos de alta peligrosidad que están encerrados en la cárcel de máxima seguridad de Santa Bárbara: El Pozo. El infierno.
Ellos están desesperados. Sus familiares también.
“Aquí habemos esposas, madres e hijos y queremos verlos”, gritaban.
Al menos tienen esperanza de verlos, porque otras madres, esposas e hijas no, pues sus familiares fueron asesinados por órdenes de delincuentes como los que hoy purgan sus condenas en EL POZO desde el 19 de septiembre.
“Estarán incomunicados por tiempo indefinido”, ha dicho JOH refiriéndose a este tema, así que de nada les servirá protestar o patalear a los familiares de LOS TOROS.
Los parientes quisieron tomarse la carretera de Santa Bárbara, a la altura de Ilama, donde está EL POZO, pero la Policía no se los permitió.
Los reos han pedido que se les permita realizar una llamada telefónica a la semana y que la misma sea grabada y monitoreada, pero las autoridades han dicho que neles pasteles, porque así es como han ordenado a sus hommies que están en libertad para que cometan todo tipo de fechorías.
Foto/ Opsa