Cuando los atentados terroristas sacudieron Francia, miles de Hondureños se solidarizaron con lo ocurrido y pusieron la bandera azul, blanco y rojo en sus perfiles de Facebook, Instagram y otras redes sociales.
También condenaron lo ocurrido.
Y pidieron rezar por las víctimas y sus familiares, y dieron a Dios gracias porque tesoros como la Torre Eiffel, El Arco del Triunfo y el museo del Louvre no sufrieron ningún daño.
Nadie critica el hecho de esas reacciones masivas de solidaridad, pero sí llama la atención que cuando hay una tragedia de mayores magnitudes (como la más reciente en Haití con el paso destructor del huracán Matthew, donde dejó hasta el momento un saldo de 800 muertos), nadie llama a rezar o a solidarizarse con este pobre país isleño.
¿Será porque estábamos de vacaciones?
¿O porque mediáticamente no se le dio la importancia de los sucedido?
Andá vos a saber las razones.
Nada de solidaridad, ni siquiera de la manera agringada de PRAY POR HAITÍ.
