Honduras ha se ser el único país en el mundo donde alguien que le quiebran el vidrio del carro para robarle sus cosas es LA MALA DE LA PELÍCULA.
Increíble, pero cierto.
Cuando a un familiar lo asaltan por robarle la cartera o el celular, o le llevan el aparato de sonido del vehículo, armamos el escándalo, acusamos al gobierno (claro que tiene su alto grado de responsabilidad, nadie lo niega), maldecimos, nos quejamos de vivir en este país, ponemos el grito en el cielo…
Pero cuando es a otra persona, en este caso la joven SUSAN SÁNCHEZ, la atacamos como si ella es la culpable de ser la víctima de un criminal.
Porque parece que solo es “válido” si te mutilan, si te llevan a una “casa loca” o te violan…
Cada persona reacciona de distintas maneras cuando es asaltada. Algunos se oponen y enfrentan al ladrón, otros quedan petrificados y hecho un mar de nervios y lloran; hay quienes reaccionan al rato. También existen los que mantienen la calma.
Sin embargo, ahora resulta que muchos quieren que A HUEVOS los demás reacciones como ellos quieren, y desacreditamos el desahogo de Susan Sánchez porque lo consideramos ridículo, un show y una pésima actuación.
¿Acaso hay un guión de cómo debemos reaccionar durante o después de ser asaltados?
Hasta donde llega la perversidad (porque solo así se le puede llamar), que además ridiculizar a la víctima, recurrimos a la mentira y la especulación:
- Es colombiana.
- Es modelo pre pago.
- Es tufosa, no le han costado las cosas.
- Le paga JOH.
¿O sea que alguien que simpatiza con JOH no puede sentir indignación o entristecerse que le roben las cosas? ¿Solo los que no están de acuerdo con el actual gobierno pueden ser víctimas reales y ganarse nuestra solidaridad?
Si Susan Sánchez -u otra persona-, piensa que la culpa de la situación de violencia actual se debe a que muchos padres no cumplieron su labor para enderezar a sus hijos… ¿Esa la convierte en una agente pagada por el gobierno?
¿Sólo los que criticamos al presidente somos honestos y puros, y los que creen en él, por el contrario, son brutos, cínicos y sinvergüenzas?
Las raíces de la delincuencia son muchas, y peca de soberbio (y de tonto), aquel que pretende hacernos creer que las conoce todas, porque ni grandes sociólogos, filósofos, criminalistas, psicólogos e historiadores se han puesto de acuerdo.
¿Y nosotros con 10 minutos en Facebook ya dimos con las causas?
Lo que le ocurrió a Susan Sánchez no es nada comparado con el triste fin de miles de hondureños que han sido asesinados, torturados y secuestrados, y cuyos cadáveres aparecen encostalados a la orilla de un carretera o en una cañera.
Sin embargo, es absurdo que, en lugar de ponernos de lado de ella, le caigamos a palo. Pero no es de sorprenderse por esta falta de solidaridad, si tomamos en cuenta que hace apenas dos años, a Susan Sánchez le asesinaron a su padre a balazos, y ninguno de los que hoy la atacan le mandó un mensaje para darle el pésame.