Mientras caminaba por los rumbos de Guanacaste me encontré con un grupo de abuelitas. Rubén Ramírez era el encargado de reunirlas en esta popular cancha.
Lo primero que pensé era que se trataba de unos de esos políticos a los que les gusta jugar con el hambre.
Varias abuelas lucían un par de lentes nuevos, llevaban una bolsa con “comidita” -así como dicen ellas-, y una sonrisa. Me detuve a ver de qué se trataba y esto fue lo que nos contaron.
Don Rubén: ¿Cómo nace esta idea de ayudar a los abuelos?
Adopta un abuelo nació hace trece años, yo soy muy devoto al Divino Niño, y es él el que me ha puesto esta misión porque soy un milagro de vida, no soy político y no los quiero aquí porque ellos juegan con el hambre.
¿Cómo hace para reunir tanta “juventud”?
Yo me rebusco en fundaciones, organizaciones, personas de dinero, para que me ayuden. Mis abuelos saben que tienen la cita aquí en la canchita, aquí les damos provisión, bonitos, hoy es un día especial porque les conseguí lentes a mis viejitos.
¿Normalmente qué día es la cita aquí en la cancha?
Los 20 de cada mes, ese es el día más esperado para ellas y para mí porque yo me siento bien ayudándoles y ellas me lo regresan con una sonrisa. Y un buen abrazo claro.
¿Dónde lo pueden localizar para ayudar a un abuelo?
9629 – 4712, es mi numero personal porque yo soy el que me muevo para buscar las ayudas y traérselas a ellas.
Diez o quince minutos permanecí con Don Rubén y el cariño que estas mujeres de más de medio siglo es notorio cuando se dirigen hacia él, con el fuerte abrazo de una de ellas me despedí y traje conmigo una frase de unas de las beneficiadas…