La decisión de enviar a cabecillas de pandillas y de bandas de sicarios, extorsionadores y secuestradores es correcta y la aplaudimos.
No se justifica por ningún motivos -ni siquiera sentimentales o bajo el pretexto del disco rayado de derechos humanos-, que sus familiares pretendan medir fuerzas con el Estado mediante huelgas o protestas callejeras,
Si están en el infierno es porque deben pagar sus pecados. Así de sencillo. Y la sociedad lo entiende y está de acuerdo, pues estos delincuentes no se han tocado el corazón para ordenar masacres, asesinatos, torturas…
Sin embargo, EL POZO no debe ser una cárcel exclusiva para este tipo de criminales. ¿Acaso no deberían estar allí los que saquearon el Seguro Social -y provocaron miles de muertes-, en lo que ha sido uno de los robos más grandes en la historia de Honduras?
¿Por qué no mandan a EL POZO a los altos oficiales de la Policía que jefeaban bandas que sembraron el terror?
¿No deberían estar allí lo que realizaron la GRAN ESTAFA del Trans?
¿Cuántas muertes han provocado aquellos que se robaron el dinero destinado para construir y mantener las carreteras en buen estado?
¿Estaríamos pagando peaje si no se hubiera HUEVIADO el dinero destinado para las carreteras del país?
Que sigan mandando a LOS TOROS a El Pozo. ¡Muy bien! Pero que también pasen allí sus días de encierro los delincuentes de cuello blanco, esos que, todos lo sabemos, también han llenado de luto, dolor y vergüenza a este país?
