Si vos vas a Cuba, no encontrarás ni un tan solo monumento o estatua de Fidel Castro, a pesar que estuvo por más de 40 años en el poder de Cuba.
¿Y ahora que ha muerto? Pues todo indica que eso no cambiará y que tampoco se edificarán estatuas en su honor. Incluso el mismo Fidel Castro pidió ser cremado y no enterrado para presuntamente evitar se hicieran monumentos en su honor.
“No existe culto a ninguna personalidad revolucionaria viva“, dijo Castro en una entrevista en 2003.
Aunque el rehuir, tal como lo expresó él mismo en su discurso de marzo de 1966, se refería sólo a los dirigentes vivos. “Aquí no hay estatuas de nadie, aquí las únicas estatuas pertenecen a los que ya rindieron su vida por la causa”, declaró.
Cuentan que en 1959 el escultor italiano Enzo Gallo Chiapardi erigió una escultura de Fidel poco después de que sus rebeldes derrocaran a Fulgencio Batista.
Castro ordenó destruirla y posteriormente prohibió la conmemoración de seres vivos con monumentos o nombres de calles.
La llamó la Ley de la Revolución, como lo dijo en un famoso discurso en marzo de 1966.
“Una de las primeras leyes de la Revolución, estableciendo la prohibición de ponerle el nombre de ningún dirigente vivo a ninguna calle, a ninguna ciudad, a ningún pueblo, a ninguna fábrica, a ninguna granja; prohibiendo hacer estatuas de los dirigentes vivos; prohibiendo algo más: las fotografías oficiales en las oficinas administrativas”.
Después pasó décadas explicando en entrevistas que ésta era una forma de contrarrestar “la idolatría” y “la creación del culto a la personalidad” que, dijo, eran perjudiciales para los objetivos de la Revolución.
La pregunta ahora es si pronto veremos una plaza o un aeropuerto internacional Fidel Castro.
Vía BBC.